Tras completar un cuarto de su pena de prisión, el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato es el único condenado por el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid que aún no goza del tercer grado, régimen de semilibertad que ha solicitado formalmente desde hace días, según fuentes próximas.

El pasado 8 de diciembre se cumplieron trece meses y medio desde que el también ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ingresó en la cárcel madrileña de Soto del Real después de que el Tribunal Supremo confirmara su condena a cuatro años y medio de prisión por apropiación indebida.

Un caso por el que entraron además otros catorce antiguos consejeros y altos cargos de Caja Madrid, aquellos a los que la Audiencia Nacional impuso castigos superiores a los dos años de cárcel por usar el "caudal" de la entidad para gastos personales como viajes, comidas, ropa, compras o retiradas de efectivo por valor de casi 2,9 millones