La histórica firma pesquera coruñesa Isidro de la Cal (rebautizada hace dos años como Isidro 1952) agotó a las 00.00 horas de ayer el plazo del preconcurso de acreedores, en el que entró hace cuatro meses para intentar buscar una salida a sus acuciantes problemas financieros. La compañía no ha logrado reconducir su situación económica en este tiempo, según admitió ayer un portavoz a este periódico, por lo que se ve abocada a la intervención judicial que impone el proceso concursal. La empresa no ha querido concretar cuándo solicitará su entrada en concurso, pero sí ha aclarado que este paso es independiente del ERE (expediente de regulación de empleo) con el que quiere reducir su plantilla de 223 a 87 trabajadores, cuya negociación finaliza el día 23. Isidro 1952 evita cuantificar su deuda global y se limita a cifrar en 27 millones de euros lo que debe a los bancos. La Xunta, por su parte, asegura que la firma le adeuda 23 millones y la plantilla sufre impago de nóminas desde noviembre.

El conflicto laboral se ha intensificado en las últimas jornadas, después de una huelga con un seguimiento del 100% para protestar contra los 136 despidos (los sindicatos están dispuestos a asumir hasta 50 bajas) previstos por la empresa y las rebajas salariales para el personal que permanezca. Tras el paro, trabajadores y empresa se han enfrentado, según el comité, porque personal de seguridad impidió el acceso del personal a las instalaciones „la empresa lo negó„, que el sábado encontraron cerradas.

A juicio del comité de empresa, se trata de un ERE "fraudulento" con la intención de destruir el 60% del empleo y "precarizar" las condiciones de trabajo. La compañía, dirigida por Pablo García-Gascó, defiende que ha tenido tomar esta decisión "dolorosa" como "única alternativa" posible para sobrevivir. La presentación del ERE llegó en la primera semana de diciembre, días después de que fracasaran las negociaciones con un fondo de inversión, que exigía condiciones de compra "leoninas" a juicio de la pesquera coruñesa.

El preconcurso de acreedores se activó en septiembre, aunque esta situación no se hizo pública hasta finales del mes pasado. La finalidad de esta figura legal es dar un periodo de gracia a las empresas que están a punto de entrar en concurso para que tengan una última oportunidad de reconducir su situación financiera antes de la intervención judicial. Un objetivo que la empresa heredera de Isidro de la Cal no ha conseguido, "como no consiguen el 99% de las empresas en esta situación", argumenta la compañía.

Ante la situación de insolvencia de la empresa, incapaz de hacer frente a todas sus deudas, esta se ve abocada al concurso de acreedores, que previsiblemente solicitará de manera voluntaria. El proceso concursal supone ya una intervención judicial de la compañía.

Entretanto, transcurre el periodo del consultas del ERE, que finaliza el jueves de la próxima semana. Después del fracaso del encuentro celebrado después de Reyes, empresa y trabajadores aún tienen por fijar la fecha de la siguiente cita para seguir negociando. El comité se reunirá esta semana con la Xunta.