El ritmo de crecimiento de la economía española continúa desacelerando, según señaló ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), mientras que en la mayoría de los países del c lub de países desarrollados se aprecian síntomas de estabilización, aunque en niveles por debajo de la tendencia a largo plazo. Entre los que parecen estabilizarse está Alemania, cuyo crecimiento en todo caso es muy inferior al español: en el tercer trimestre avanzó el 0,1% frente al 0,4% (cuatro veces más) de la economía española.

Según la OCDE, el índice compuesto de indicadores líderes (CLI) para España, correspondiente a noviembre, se situó en 98,70 puntos, frente a los 98,82 enteros del mes anterior, lo que representa el vigesimotercer descenso consecutivo (desde diciembre de 2017) y su peor resultado desde julio de 2013. El indicador para el conjunto de las economías de la OCDE se situó en 99,25 puntos, frente a los 99,20 del mes anterior, lo que indica un impulso estable de crecimiento.

Estados Unidos también mostró signos de estabilización, después de que en noviembre los indicadores subieran a 98,94 puntos desde los 98,88 de octubre.