El hasta ahora propietario y presidente de la pesquera coruñesa Isidro 1952 (antigua Isidro de la Cal), Pablo García-Gascó, ha encontrado una salida a la situación de insolvencia de la compañía a las puertas del concurso de acreedores: la venta. El empresario coruñés Carlos García Martín, dueño de Feca-Neón y de Óptica Gallega, ha comprado la histórica firma, una operación que conlleva además la retirada del ERE (expediente de regulación de empleo) en negociación, lo que permite inicialmente la continuidad de los 223 puestos de trabajo. García Martín se hace cargo de los seis centros de trabajo: la planta de sushi de Cambre „con 170 empleos„ y las piscifactorías y criaderos de Lorbé, Valdoviño, Carballo, Ouro y Baio. La deuda ronda los 70 millones de euros (23 millones con los bancos).

La empresa ha declinado hacer declaraciones y no ha trascendido el importe de la venta, pero el propio García-Gascó comunicó el cambio de propiedad ayer por teléfono al comité de empresa. Su presidenta, Olga Rodríguez (CIG), valora como "buena noticia" que se levante el expediente que planteaba 136 despidos (el 60% de la plantilla) y que se anule la "modificación sustancial de las condiciones laborales y salariales" por la que ayer mismo acudió a la Inspección de Trabajo. La dirección comunicó además a Rodríguez que el nuevo propietario abonará las nóminas que los empleados tienen pendientes de cobro desde el mes de noviembre.

Otra cosa será el proceso concursal solicitado esta semana en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña, un trance que parece inevitable ante los problemas financieros de la compañía. "Entendemos que el concurso se llevará a cabo para reestructurar la deuda pero ya no se hará a costa de los trabajadores como pretendía hacerse ahora con el ERE", argumenta la representante sindical.

Un coruñés en busca de negocios

Carlos García Martín es, según pudo saber este periódico, el nuevo dueño de Isidro 1952. El nombre de este empresario coruñés sonó recientemente como posible comprador del grupo Ipasa con la cadena de panaderías Sanbrandan, pero el movimiento no ha cuajado hasta el momento. García Martín, dedicado fundamentalmente a la hostelería y las ópticas, adquirió el año pasado la empresa coruñesa de rotulación Feca-Neón. Ahora se hace con otra enseña emblemática de la ciudad, la heredera de Isidro de la Cal.

Los trabajadores, que mantienen para el lunes la reunión que estaba prevista con la empresa para negociar el ERE, esperan conocer más la próxima semana de los planes de García Martín en un encuentro cara a cara. De entrada, valoran su llegada como una opción preferible a la entrada de un fondo de inversión, que García-Gascó negociaba antes de presentar el ajuste de personal.

"Se abre ahora una nueva etapa en la que el primer punto a aclarar será qué intenciones tiene la empresa compradora respecto al mantenimiento de los empleos y de la actividad productiva", considera el sindicato CIG, que insta a la Xunta a "tutelar este proceso de cambio". La crisis de Isidro 1952 ha llegado también al Parlamento gallego, en el que el BNG registró ayer varias iniciativas a favor de la continuidad del empleo y alertando de la "mortandad de la crías de peces" en las piscifactorías.