El próximo lunes se conocerán más detalles sobre el futuro de los 223 trabajadores de la plantilla de la pesquera Isidro 1952, con sede en el polígono del Espíritu Santo, en el municipio de Cambre. La empresa, centrada en los últimos años en la producción de sushi (plato típicamente japonés) y propietaria de la mayor planta de procesado de este producto en España, dispone también de piscifactorías para la cría y engorde de truchas, rodaballos y besugos y, anteriormente, también de plantas depuradoras de moluscos como la de A Cobasa, en Aguiño (Ribeira) con la denominación de Isidro de la Cal. La sociedad fundada en 1952 ha encontrado una salida a su situación de insolvencia a las puertas del concurso de acreedores: la venta al empresario coruñés Carlos García Martín, propietario de otra de las empresas señeras de la capital herculina, Rótulos Feca-Neón, creada en 1940, y que ha iluminado „e ilumina„ con sus rótulos las fachadas de las compañías y entidades más emblemáticas de la comunidad gallega y España, e incluso de distintos países europeos.

Isidro 1952 ha saltado a los medios de comunicación en el último mes, cuando sus trabajadores hicieron público que la empresa se hallaba a las puertas de un proceso concursal que dio como resultado inicial la intención de la empresa de aplicar un expediente de regulación de empleo (ERE) al 60% de sus 223 trabajadores de la planta de Cambre y las piscifactorías de Lorbé, Valdoviño, Carballo, Ourol y Baio. La mayor parte de la plantilla de Isidro 1952 presta sus servicios en la planta de procesado de Cambre: 170 trabajadores. Todos ellos podrán mantener sus puestos de trabajo si el propietario de Feca-Neón (que adquirió en noviembre del año pasado) cumple su propósito de asumir las obligaciones contraídas con los trabajadores por Isidro 1952 que había llegado, en la práctica, a una situación de insolvencia causada por una deuda de cerca de 70 millones de euros. García Martín también es propietario de Óptica Gallega.

Firma pionera

La primera planta de elaborados de Isidro de la Cal se instaló en 1989 en el muelle coruñés de San Diego. En 2012 inició su actividad con los platos preparados y, cuatro años más tarde, en 2016, inauguraba en Cambre la mayor planta de procesado de sushi de España. Aquí fue cuando se inició el declive de la sociedad, cuyo nombre campa todavía en las instalaciones del Muro coruñés, frente a la estación de San Diego.

El nuevo propietario de Isidro 1952, vinculado a la óptica, lo es también de Rótulos Feca-Neón, una empresa pionera en la señalética y rótulos de neón netamente coruñesa, creada cuando la industria iniciaba su despegue en esta ciudad que, años más tarde, vería cómo desaparecían otras verdaderamente históricas.

Feca-Neón supo crear su propio mercado a partir de una ciudad en la que „como en la mayor parte de España„ los letreros luminosos solo se conocían por las películas norteamericanas. Las pantallas electrónicas complementan en la actualidad los activos de esta empresa que va a servir de plataforma para rescatar la actividad de una entidad pesquera cuyo nombre ha estado en los últimos 70 años entre los de mayor poderío de A Coruña.