El martes 21 de enero, un automóvil Clio rotulado con el lema Los maestros del cobro estacionó junto a la planta de la pesquera coruñesa Isidro 1952Isidro 1952. El conductor, ataviado con el tradicional traje de torero, preguntó por el entonces nuevo propietario de la compañía: Carlos García Martín. Los trabajadores de la firma que tuvieron la oportunidad de comprobar la escena, momento que recoge la fotografía superior, no daban crédito. Un día antes, García Martín se había presentado ante los representantes de los trabajadores y los empleados como nuevo propietario tras firmar un contrato con la dirección de la antigua Isidro de la Cal, capitaneada por Pablo García-Gascó antigua Isidro de la Cal.
"Nos trasladó su intención de levantar esta empresa tan emblemática de A Coruña y pidió un esfuerzo unánime por parte de los trabajadores", declaró la presidenta del comité de empresa, Olga Rodríguez, tras la reunión.
El propio García-Martín, que solo meses atrás había adquirido otra histórica compañía coruñesa, Rótulos Feca-Neón, reconocía que estaba a punto de hacerse con el grupo alimenticio Ipasa al que pertenece la conocida cadena de panaderías SanbrandánGarcía-MartínRótulos Feca-NeónIpasa Sanbrandán. "Estoy muy ilusionado porque son empresas con 80, 70 y 50 años de historia, firmas muy enraizadas en A Coruña y con un largo recorrido por delante", declaró el empresario a este periódico.
Pero las cosas empezaron a torcerse para Carlos García Martín a partir de ese momento, cuando este diario se hizo eco de las denuncias de los trabajadores de Feca-NeónFeca-Neón y también la situación de las empleadas del Centro Óptico GalegoCentro Óptico Galego, otra de sus compañías. En ambos casos le recriminaban que no les abonase las nóminas, hasta nueve en el caso de las asalariadas de la óptica. El empresario primero y su mano derecha después rechazaron las acusaciones. En cuanto a su condena por estafa en 2003, afirmó: "Tuve un error hace casi veinte años, lo asumo, no tengo por qué ocultarme".
El jueves 23, García-Gascó anunció que anulaba la venta por incumplimiento de contrato.
