El comité de empresa de Isidro 1952, antigua Isidro de la Cal, denunció ayer la "caótica" y "oscurantista" gestión del administrador concursal, Ramón Juega Cuesta, y se plantea realizar una "queja formal si no cambia su actitud". La presidenta del comité, Olga Rodríguez, sostiene que no contesta al teléfono -ella asegura que le hizo cerca de diez llamadas en los últimos días- ni responde a los correos electrónicos. Los trabajadores siguen sin cobrar -la empresa les adeuda la mitad de la nómina de noviembre y la totalidad de las de diciembre, enero y febrero-, y tampoco tienen noticias de la reunión entre Ramón Juega y los representantes de Lidl en Barcelona para tantear el interés de la cadena de distribución por seguir con la compra de productos de Isidro 1952 (esta cuenta con una de las mejores plantas de procesado de sushi de España). Del resultado de ese encuentro dependía si "propondría un ERE de extinción para todo el cuadro personal o valoraría retomar la producción de forma paulatina". La única propuesta presentada por el administrador concursal hasta el momento es la de retomar el ERE de extinción en los mismos términos y condiciones al presentado por la dirección de la compañía, el cual afecta a 122 trabajadores.

Isidro 1952, que entró en concurso de acreedores a finales de enero, está abocada a un "cierre inmediato", tal como le comentó el propio administrador concursal a una de las abogadas de los trabajadores afectados por el ERE. Así lo desveló ayer el comité de empresa, que acusó a Ramón Juega de "tomar el pelo" a los trabajadores de la compañía y de "falta de profesionalidad".

Al mismo tiempo, "nos enteramos de forma casual que una empresa de Vigo está interesada en comprar las tres piscifactorías de trucha", reveló ayer Rodríguez en relación a los viveros de Carballo, Ouro y Baio, actualmente vacíos. Pero además de estos, el criadero de besugo y rodaballo situado en Lorbé ha recibido una oferta por parte de Nueva Pescanova, según pudo saber este diario. Este es uno de los mejores activos de Isidro 1952 -por su carácter pionero a escala internacional-, y hace justo un año el consejero delegado de la pesquera coruñesa, Pablo García Gascó, firmó un acuerdo de colaboración con Nueva Pescanova para la comercialización en exclusiva durante cinco años de besugo y rodaballo.

Ayer, el conselleiro de Economía, Francisco Conde, aseguró que la Xunta trabaja para "atraer inversores". El comité quiere que "tome el control" del proceso.