La jornada de ayer no fue un día de trabajo más para los 214 empleados de la compañía pesquera coruñesa Isidro 1952, antigua Isidro de la Cal. La plantilla acudió a trabajar por primera vez con la certeza de que estará en la calle en unos días, después de que el administrador concursal comunicara el miércoles su decisión de presentar un ERE (expediente de regulación de empleo) de extinción para los 92 trabajadores que se habían salvado de los 122 despidos decretados en febrero. Al día siguiente de que Ramón Juega „abogado coruñés que administra el proceso concursal„ anunciara el cese total de la actividad por falta de carga de trabajo, un empresario interesado en comprar la pesquera visitó ayer la planta de elaboración de sushi de Espíritu Santo (Cambre), instalación principal de la compañía. Según informó el comité de empresa, el mismo inversor acudió a la nave el miércoles por la mañana y un segundo comprador potencial lo hizo ese día por tarde.

Los trabajadores asumen su despido inminente pero reclaman, ante estos movimientos, prioridad para ser contratados en caso de que un nuevo empresario reflote la pesquera, sumida ahora en la insolvencia con una deuda de 72,5 millones de euros. Esta es la principal condición que la representación sindical pone al administrador para cerrar el ERE extintivo con acuerdo. Así se lo expuso ayer la presidenta del comité, Olga Rodríguez, a Ramón Juega, tras un encuentro en la Inspección de Trabajo para completar la tramitación de la primera remesa de despidos. "Dijo que lo va a estudiar", apuntó la representante de los trabajadores, quien matizó que la plantilla no pide mantener "ninguna antigüedad ni derechos actuales" sino "simplemente que si hay un empresario que dentro de uno o dos meses vuelve a poner en funcionamiento la empresa, los trabajadores de Isidro 1952 tengan prioridad para ser contratados".

El administrador emplazó al comité a una reunión el próximo martes en la que se decidirá esta cuestión para valorar si el ERE extintivo se tramita con o sin acuerdo. De haber acuerdo, el proceso será más rápido. Además de la preferencia en una posible contratación futura, el comité reclama que se incluya una cláusula que habilite a los trabajadores a presentar demandas judiciales contra los topes de indemnización si así lo deciden y que puedan reclamar también por los atrasos salariales (los empleados llevan sin cobrar desde mediados de noviembre).

Juega declinó ayer presentar el expediente en esta misma semana y esperará a reunirse el martes con los trabajadores. Ese mismo día se entrevistará con representantes de XesGalicia, organismo de la Xunta orientado a apoyar el crecimiento del tejido empresarial gallego. La Xunta es uno de los principales acreedores de Isidro 1952, con 23 millones de euros pendientes de cobro. La pesquera adeuda otros 27 millones a los bancos.

La plantilla se concentra hoy a las 11.30 horas ante el Edificio Administrativo de Monelos. El lunes celebrará una asamblea en Cambre, a las puertas de un despido colectivo que frenará la deuda de la empresa. Su supervivencia dependerá ahora de la decisión de algún empresario, después de 68 años de historia en los que Isidro de la Cal mutó de mayorista de pescado tradicional a moderno elaborador de sushi. La cadena de supermercados Lidl era el último cliente que mantenía la planta de sushi „llegó a suministrarle 30.000 bandejas diarias, que bajaron a 2.000„ y rechazó aumentar los pedidos.