La Ciudad de las TIC, el plan impulsado por la Universidade da Coruña y el Clúster gallego del sector para reconvertir la fábrica de armas en un polo tecnológico, "puede marcar las líneas futuras de la capital herculina para las próximas décadas". Lo dice Juan Jesús Pardo, director técnico de Tecdesoft, una compañía nacida 1991 en A Coruña, "cuando apenas había empresas tecnológicas en la zona norte". Treinta años después, la ciudad y su comarca lideran el macrosector de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC) en la comunidad gallega. Según la última encuesta elaborada por el Observatorio da Sociedade da Información e a Modernización de Galicia (Osimga), órgano adscrito a la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega), de la Xunta, la provincia de A Coruña concentra al 55,4% de los trabajadores de las TIC de Galicia: 18.163 empleados en 2018. Y de estos, según la base de datos Ardán correspondiente a 2017, más del 40%, en torno a 7.793 trabajadores, se concentran en 505 empresas del área coruñesa (A Coruña, Abegondo, Arteixo, Cambre, Carral, Culleredo, Oleiros y Sada). La facturación de estas firmas tecnológicas supera los mil millones, según el balance de Ardán. "Esperemos que la Ciudad de las TIC ayude a fortalecer este ecosistema", comenta Pardo. "Aguardemos que dinamice el sector tecnológico en A Coruña y en el conjunto de Galicia", corrobora Adrián Rodríguez, responsable de negocio del Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial (Cetim).

Quinto puesto

¿Pero cómo es este sector llamado a convertir la vieja fábrica de armas en una especie de Silicon Valley o Palo Alto a la gallega? En primer lugar se caracteriza por el dinamismo y la atomización de las empresas, de ahí la dificultad para obtener una radiografía estadística actualizada.

El informe de Osimga constata un aumento anual de compañías TIC en la comunidad gallega desde hace siete años hasta alcanzar las 2.627 firmas en 2017. En este sentido, Galicia permanece en el quinto puesto del ranking español en cuanto al número de empresas del sector TIC tras Madrid (17.439), Cataluña (13.965), Andalucía (7.184) y Comunidad Valenciana (5.848).

En lo referente a la ocupación, el 69,5% de las firmas gallegas se dedica a actividades informáticas, el 14,2% son TIC comerciales, el 7,9% a otros servicios como la edición de programas informáticos o la reparación de equipos, el 5,5% a las telecomunicaciones y el 2,8% a las manufacturas. A la provincia coruñesa le sigue Pontevedra con el mayor volumen de trabajadores (30,6%). El porcentaje de empleados crece anualmente desde 2014 entre el 1,6% y el 1,8%, pero la brecha de género resulta evidente: los hombres cuentan con una presencia abrumadora del 68,4% y las mujeres del 30,6%.

La encuesta también refleja un aumento de las ventas de casi el 30% y también de las compras de bienes o servicios (76,6%).

La formación y la captación de talento son dos grandes desafíos del sector junto a la ciberseguridad. Juan Jesús Pardo corrobora este punto al referirse a la "dificultad para encontrar perfiles con formación técnica".

El 81,4% de las empresas TIC en Galicia posee alguna herramienta de seguridad informática, señala el estudio. Casi una cuarta parte (23,6%) admite algún tipo de incidencia de seguridad: más de la mitad son virus (52%) o intentos de estafa (45,8%).

Esta es, a grandes rasgos, la radiografía de un sector que también cuenta con el testimonio de tres empresas punteras —Tecdesoft, Igalia y el centro Cetim—, las cuales revelan tres desafíos a corto plazo: la internacionalización, la desindustrialización y la necesidad de avanzar en una economía basada en la sostenibilidad y el conocimiento.

Las tres obtuvieron el apoyo de la Cámara de Comercio de A Coruña. En el terreno de las ayudas a la innovación y a la incorporación de nuevas tecnologías, la entidad cameral destinó en el último ejercicio cerca de un millón de euros a programas de fomento de la de innovación y TIC en los que participaron cerca de un centenar de empresas. Los programas Innocámaras y TICCámaras se realizan en dos fases, una primera de diagnóstico y una segunda de ayudas directas a la inversión.