El pasado martes 10 de marzo, Pilar mantenía la esperanza. El miércoles, comenzaba sus prácticas en una empresa, aunque sabía que ese mismo día ya no tendría clases de la carrera de Economía y Negocios Internacionales que está cursando en una universidad de la Comunidad de Madrid, con motivo de las medidas tomadas para frenar la expansión del coronavirus.

En cambio, esa misma noche de martes, desde la compañía se pusieron en contacto con ella para comunicarle que, como en la empresa se implementaba drásticamente el teletrabajo, entendían que no era el mejor contexto para dar comienzo a las prácticas. Ella lo comprendió a la perfección y se emplazaron a retomar el asunto después de semana santa, en coordinación con la propia universidad.

Ahora, pasados unos días, la sensación es de una completa "incertidumbre", nos confiesa, pues no se sabe cuándo acabará esta situación ni cómo repercutirá en sus planes de futuro. Y como ella, se encuentra toda una generación estudiantil que ha visto, al igual que empresas y trabajadores, cómo su agenda se ha trastocado por completo.

La situación obliga a congelar los procesos

Crue Universidades Españolas, asociación sin ánimo de lucro formada por un total de 76 universidades españolas (50 públicas y 26 privadas), es el principal interlocutor de estas instituciones con el Gobierno central y desempeña un papel fundamental en todos los desarrollos normativos que afectan a la educación superior en nuestro país. Por ello, les hemos preguntado por cuál es la situación en estos momentos y nos confirman que "la declaración del estado de alarma y las medidas imprescindibles para contener la pandemia del Covid-19 han obligado a las universidades españolas a suspender toda actividad presencial, incluyendo las prácticas curriculares y extracurriculares".

Al respecto, Esther González, profesora de Recursos Humanos de EAE Business School, añade además que "se ha parado todo no solo por razones económicas y organizativas, sino por resultar materialmente imposible que nadie se incorpore para hacer nada".

¿Qué ocurre con los que ya estaban haciendo prácticas?

Al abordar la situación en la que se encuentran los estudiantes que ya estaban haciendo esas prácticas en las empresas, desde Crue Universidades Españolas explican que "las prácticas podrán llevarse a cabo si es bajo procedimientos no presenciales", es decir, "si las empresas e instituciones garantizan el teletrabajo y la tutela a distancia de los estudiantes", porque es requisito indispensable que "algún trabajador de la empresa se responsabilice de su seguimiento". Recuerdan además que, para aquellos que estén realizando estas prácticas en el extranjero, "deben tenerse en consideración las medidas adoptadas por las autoridades del país y, al regresar, atender a la declaración de estado de alarma decretada por el Gobierno".

No obstante, la situación en cada empresa dista mucho de ser homogénea. De hecho, según nos cuenta González, "hay de todo: organizaciones que lo han parado todo, incluidas las becas y prácticas, y otras que sí siguen con ello, con el teletrabajo". En relación con esto, la profesora destaca que ser "ser becario tiene cosas malas, pero también buenas, y al no ser una relación laboral en sí, no se puede aplicar la legislación laboral". Por ello, existe la posibilidad de suspender una beca y, "poniéndose de acuerdo con la universidad, retomarla cuando vuelva la normalidad, cumpliendo los tiempos fijados".

Aquí es donde González reclama que, "de alguna forma, habría de aplicarse una ley que contemple la continuación de la cotización de los becarios" que, aunque tienen un tipo mínimo de IRPF, "no pueden quedarse en la estacada". Además, en cuanto a los tiempos, señala que todo esto "tiene unos plazos y el reloj sigue corriendo", por lo que "deberían extenderse todo el tiempo que dure el estado de alarma y un poco más, porque no puede haber una generación perdida en esta crisis que no haya podido hacer sus prácticas".

Desde la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), su vicerrector de Docencia y Aprendizaje, Carles Sigalés, también apunta a la urgencia que existe por abordar este asunto. En su caso, "en muchos de nuestros programas las prácticas se pueden hacer de forma virtual y el estudiante puede elegir, pero para este semestre vamos a transformar todas las que podamos a virtual". Sin embargo, están a la espera de ver qué sucede con las que no pueden llevarse a cabo de manera virtual, "bien porque las empresas no tienen un sistema arbitrado para esta modalidad, o bien porque son unas prácticas que están reguladas y necesitarían de una autorización previa". Por el momento, "hemos anunciado que aplazamos el desarrollo de estas prácticas y queremos abordarlo cuanto antes, para no llegar a un punto en el que sea muy difícil reubicarlas; pero el tiempo sigue corriendo", concluye.

En todo caso, Pilar, la estudiante que nos ha contado su experiencia, insiste en esa sensación de incertidumbre. "Podría comenzar cuando acabe la semana santa y cumpliría en plazos con las horas que tengo que hacer", pero si esto se alarga, como comentábamos, no sabe cómo le afectaría en términos de plazos; si se alargarían o no... Por el momento, toca esperar, y ojalá sea lo menos posible.