Las seis semanas de confinamiento por el estado de alarma (del 15 de marzo al 26 de abril) supondrán, como mínimo, una pérdida aproximada de un 5,6 % del PIB gallego, lo que se traduce en aproximadamente 3.500 millones de euros, según se desprende del 'Informe Coyuntura Socioeconómica 1-2020' del Foro Económico de Galicia.

En caso de que el confinamiento se amplíe hasta las ocho semanas, para finalizar a mediados de mayo, la pérdida por el impacto del confinamiento en la economía de Galicia podría llegar al 7,4 % del PIB, lo que equivale a unos 4.600 millones de euros, calculan estos expertos.

En un escenario optimista, el Foro Económico considera que es posible que las pérdidas puedan generar un "efecto rebote" por embalsamiento de decisiones de gasto en los próximos meses, siempre y cuando la crisis, precisan, "se resuelva pronto y con éxito, con el descubrimiento de tratamientos eficaces hasta que se pueda disponer de una vacuna".

Desde un punto de vista menos optimista, destacan que "desafortunadamente" esta no es la única posibilidad, dado que la persistencia de las medidas de control en los próximos meses y las restricciones a la movilidad "pueden generar una distorsión aun mayor en la actividad económica".

Inciden, además, en que no se descarta una segunda oleada de la pandemia por el Covid-19, lo que prorrogaría en el tiempo el impacto en sectores de gran incidencia en el PIB como el turismo.

Los expertos del Foro Económico de Galicia consideran que se trata de una crisis "global y simétrica", porque afecta tanto a la oferta como a la demanda, que ha provocado una pérdida importante de riqueza financiera y tensiones en la liquidez de las familias y empresas.

Por ello, los expertos recomiendan "estar preparados" para asumir una fuerte contracción del PIB en la primera parte del año y hacer todo lo posible para que a partir del segundo semestre se inicie una paulatina recuperación de la actividad económica.

En este sentido, los autores del informe recalcan la necesidad de que las medidas que se adopten tienen que contar con un amplio apoyo alrededor de una propuesta integral, "con un sólido compromiso social y político", e insisten "en el papel fundamental de la coordinación de los esfuerzos en todos los niveles institucionales (internacional, nacional y autonómico)".

Para ello, advierte el informe, "se necesita un liderazgo fuerte, transparencia en los datos para diseñar las políticas adecuadas y una colaboración estrecha entre los agentes implicados, que transmitan confianza a las familias y a las empresas".