La industria automovilística española, conmocionada por el anuncio de cierre de los tres centros de producción de la japonesa Nissan en Barcelona, recuperó ayer algo de resuello tras anunciar la multinacional francesa Renault que el plan global de recortes que aplicará los tres próximos años (supresión de 15.000 empleos para ahorrar 2.000 millones y reducción de la producción en 700.000 unidades) no conllevará cierres de factorías en España, donde trabajan 11.000 empleados, ni, en principio, ajustes de plantilla. "No hay planes de reducción de Renault en España", dijo Clotilde Delbos, consejera delegada del grupo automotriz francés.

El ajuste mundial de Renault, aun cuando exima a España (queda por ver el reparto de modelos y el volumen de producción por fábricas y países), agrava la inquietud del conjunto del sector automovilístico y de la industria proveedora, esta última con gran impacto en sectores y empresas cruciales del tejido económico de Galicia y en otras de menor tamaño pero con relevancia por la especificidad de sus productos y componentes para el automóvil.

Renault cerrará una de sus catorce fábricas en Francia (cerca de París) y hará recortes en otras de Marruecos, Rusia, Turquía, Rumanía y China. De los 15.000 empleos que suprimirá la automovilística del rombo (de la que el Estado francés tiene el 15% de sus acciones), casi un tercio (4.600) se recortarán en Francia. La compañía aseguró que no habrá despidos y que el plan de reducción de la plantilla se acometerá con jubilaciones, salidas voluntarias y movilidad interna. La empresa aseguró que había primado en los últimos tiempos la producción y la cuota de mercado en perjuicio de la rentabilidad y que ahora debe reducir la producción en 700.000 coches al año para recuperar los beneficios.

La merma productiva supondrá menos consumos de materias primas, componentes y servicios, lo que tendrá un efecto arrastre sobre la industria que suministra a la plantas de ensamblaje.

En España Renault tiene cuatro factorías: dos de montaje en Palencia y Valladolid y otras dos de motores (Valladolid) y cajas e cambios (Sevilla). Estas dos últimas, muy competitivas y que suministran a otras fábricas de Renault en el mundo, son un factor protector para España junto con los ajustes ya realizados en el pasado en las fábricas de construcción, con lo que se mejoró su competitividad.