Los trabajadores de Alcoa volvieron a echarse ayer por la mañana a la calle para protestar contra el cierre de San Cibrao. El humo negro del arder de los neumáticos se hizo visible desde casi toda la comarca. La movilización, seguida por más de mil personas, realizó una ruta por Cervo, para cortar finalmente los accesos de entrada y salida de la fábrica. Los trabajadores y sus familias están "viendo en riesgo su forma de vida", dijo el alcalde de la localidad, Alfonso Villares. A las protestas se sumarán "sorpresas", anuncia el Comité.