El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en el Congreso que el Ejecutivo está buscando inversores para "salvar" la planta de Alcoa de San Cibrao y que exigirá "responsabilidad" a la multinacional norteamericana por plantear el cierre del complejo tras haber recibido 38 millones de euros en ayudas "a cambio de mantener empleos".

"Tenemos que reclamarle responsabilidad a una empresa que ha recibido 38 millones a cambio de mantener empleos y nos ofrece ahora este escenario absolutamente insatisfactorio", manifestó Sánchez en respuesta a preguntas del diputado del BNG, Néstor Rego. El Gobierno espera "contar con el apoyo de la Xunta para encontrar una solución que preserve el empleo", añadió. En este sentido adelantó que el Gobierno está "buscando inversores para salvar la planta".

Rego le reclamó al presidente "poner soluciones" ante una "crisis industrial continuada", reprochándole además que, aún conociendo la "delicada situación" de la industria electrointensiva, no haya aprobado todavía el Estatuto para las grandes empresas". "Eso no lo podemos permitir", dijo.

Reunión en el Ministerio

Este mismo miércoles el secretario general de Industria y de la Pyme, Raúl Blanco, se reunió con representantes del comité de empresa de la factoría lucense. Tal y como relató a este periódico su presidente, José Antonio Zan, salen del encuentro con el compromiso ministerial de que se convoque la denominada mesa multilateral de Alcoa que implica a empresa, administraciones y representantes laborales en la búsqueda de una solución.

En el encuentro no se abordó -ni les interesa- la posibilidad de encontrar un inversor que garantice el futuro de la fábrica. "Exigimos la viabilidad del 100% del empleo principal y de los contratistas, 100% de la producción y un marco energético estable", éste es el guion que defiende el comité y del que no se desviará un ápice. "Lo que queremos son hechos", especifica Zan, que tiene claro que "no quieren" llegar "al punto" de las fábricas de A Coruña o Avilés. "No estamos dispuestos a privar a San Cibrao del corazón de la empresa, que son las cubas de aluminio de Alcoa", especifican.

El comité organizará este domingo una nueva movilización en Viveiro, que presumen multitudinaria, y a partir de la que, indican, "puede producirse un punto de inflexión".

Desde Alcoa insisten en los factores estructurales que hacen inviable la producción de la planta de San Cibrao: "El coste de la energía y la sobreproducción global, que presiona los precios del aluminio", especifican fuentes de la empresa, que aseguran que los precios nunca fueron tan bajos como ahora, debido, en gran parte, "a la capacidad de producción de Asia, sobre todo de China".

La empresa celebra hoy el segundo de los encuentros del diálogo informal abierto tras el anuncio del despido colectivo de 534 trabajadores. El comité acude a esta reunión sin esperar nada. Y es que tienen claro que la solución para la producción de aluminio en Cervo no la tiene Alcoa, sino el Gobierno. Insisten en este sentido en la posibilidad de "intervención" pública en el complejo, "como defiende el vicepresidente, Pablo Iglesias", recuerdan.