El número de ejecuciones hipotecarias, o embargos de una propiedad para su venta tras el impago de un crédito, en viviendas habituales subieron un 9,3% en el primer trimestre del año hasta alcanzar 1.668, el primer incremento tras 20 trimestres a la baja, o lo que es lo mismo, cinco años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En la comunidad gallega, el número de ejecuciones hipotecarias de fincas ascendió a 375, de las cuales 143 fueron viviendas. De esas 143, 58 pertenecían a personas físicas y 85 a personas jurídicas.

Los datos del INE revelan que en los tres primeros meses del año se embargaron 5.534 viviendas, un 26,7% menos que un año antes, de las cuales 1.668 son habituales en propiedad (un 9,3% más que en el mismo trimestre de 2019), y 534 no son residencia habitual de los propietarios (un 1,1% menos).

De las 5.534 viviendas embargadas en el trimestre, el 54,6% corresponde a hipotecas constituidas entre 2005 y 2008. En total, entre enero y marzo el número de inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias iniciadas en los registros de la propiedad alcanzó los 10.558, un 18 % menos que el trimestre anterior y un 29,8 % por debajo de las del mismo periodo de 2019. En función de la naturaleza de la finca, los embargos sobre vivienda suponen el 52,4% del total. Un 15,8% son viviendas habituales de personas físicas; un 31,5% corresponde a viviendas de personas jurídicas (un 39,3% menos que en el mismo periodo del año anterior), y un 5,1% a otras viviendas de personas físicas (un 1,1% menos en tasa anual).

Las ejecuciones hipotecarias de otras urbanas (locales, garajes, oficinas, trasteros, naves, edificios destinados a viviendas, otros edificios y aprovechamientos urbanísticos) representan el 37,6% del total. Si se tiene en cuenta el estado de la vivienda, el 17,8% de las ejecuciones hipotecarias en el primer trimestre son sobre viviendas nuevas, que se redujo un 41,4%, y el 82,2% sobre usadas, que descendió un 22,4%.