Cerca de mil personas, convocadas por los comités de empresa de Alcoa A Coruña y San Cibrao tomaron la calle en la capital herculina hace un año para reivindicar que el Gobierno central regulase un precio de la energía que haga "competitivas" en Europa a las compañías de gran consumo. La marcha por el centro de la ciudad se celebró el 8 de junio de 2019, tres semanas después de otra similar organizada en Santiago, en la que participaron también los empleados de Ferroatlántica Cee-Dumbría y Sabón y Celsa Atlantic.

Entonces la multinacional norteamericana todavía no había vendido las plantas de A Coruña y Avilés a Parter Capital -la adquisición de las factorías por parte del fondo suizo se materializaría el 31 de julio-. Tampoco el fondo norteamericano TPG se había hecho aún con la propiedad de Ferroatlántica Cee-Dumbría, una operación que se anunciaría tres meses después.

Un año después de aquella movilización, los trabajadores coruñeses de la rebautizada como Alu Ibérica tienen la sensación de que les han "robado" un año porque "no se cumplieron los compromisos de inversión en la planta que pactaron Alcoa y Parter bajo la tutela del Gobierno", según el presidente del comité de empresa, Juan Carlos López Corbacho.

Tampoco existe a día de hoy el demandado Estatuto de los Consumidores Electrointensivos que debía rebajar el precio de la luz a la gran industria, "una herramienta que formaba parte de la solución del Ministerio de Industria y que vestía aquel acuerdo de compraventa entre Alcoa y Parter". El Estatuto se concebía, y se concibe, como la pieza clave para que las factorías de A Coruña y Avilés puedan rearrancar las cubas electrolíticas para volver a producir aluminio primario, un proceso que los trabajadores consideran el "corazón de la factoría". Además, el pasado mes de febrero, Parter revendió sorpresivamente las plantas de A Coruña y Avilés al Grupo Industrial Riesgo, una operación que no estaba contemplada en el acuerdo de compraventa a dos años, de ahí que los trabajadores discutan su legalidad. "Ha habido un cambio en la titularidad de la empresa que no ha sido explicado ni documentado", señala Corbacho.

El resultado de todo ello es que los trabajadores de A Coruña y Avilés han vuelto a movilizarse. Un año después de la manifestación en A Coruña, López Corbacho realiza el siguiente balance: "Estamos peor, tenemos menos tiempo, más mentiras y un Gobierno autista". Manaña está convocada la Mesa Técnica de Industria con representantes del Ministerio, la Xunta, los comités de empresa, Parter y Alcoa en la que los empleados de Alu Ibérica esperan "que se aclare todo esto" y que las Administraciones central y autonómica "fiscalicen" un proceso iniciado el 31 de julio en el que, a día de hoy, "no se cumplió ninguno de los acuerdos".

Lo único que tienen claro los trabajadores de la planta en este momento es que "no dejaremos tranquilo al Gobierno hasta que nosotros estemos tranquilos".