La patronal conservera Anfaco-Cecopesca, con sede en Vigo, tiene desde el pasado mes nuevo presidente. Mané Calvo, CEO de Grupo Calvo, toma las riendas de la histórica asociación en plena pandemia de coronavirus y con las negociaciones del Brexit en su apogeo. Grandes retos que Calvo afronta con el objetivo de "cerrar el año con el mínimo impacto posible".

-Inicia su mandato con varios temas encima de la mesa, empezando por el Covid-19. ¿Cuál será el gran objetivo durante esta etapa?

-El complejo mar-industria que representa Anfaco-Cecopesca siempre tiene retos sobre la mesa, y más si tenemos en cuenta sus 116 años de trayectoria. Históricamente el sector conservero ha salido adelante en diferentes crisis que afectaron a la producción, hubo periodos de escasez de materia prima, así como cambios estructurales, políticos y económicos, dos guerras mundiales, la transición democrática en España o las crisis económicas mundiales. Respecto al coronavirus, las industrias alimentarias, como sector esencial, cumplen con estrictas medidas higiénico-sanitarias, lo que permitió adaptarse rápidamente a las nuevas restricciones garantizando la máxima prevención de todos los trabajadores. Eso si, nuestra máxima preocupación presente pasa por la liquidez y el consumo, debiéndose reactivar para que aquellas empresas focalizadas en el canal Horeca o con productos gourmet, delicatessen, puedan seguir haciendo su fantástica labor. A corto plazo mi mayor interés será promover que exista una salida favorable a la crisis para el sector, y posteriormente trabajar con los profesionales de Anfaco para aportar mi experiencia en mejorar cada día.

-En la nota de su nombramiento, Anfaco alertaba de la caída del volumen de negocio de hasta un 10% por la pandemia. ¿En qué punto está y cómo se puede recuperar?

-Si bien la conserva ha sido un producto estrella por su carácter no perecedero, debemos ser conscientes de que vivimos tiempos de incertidumbre, con resultados desiguales, tanto para los productos, pescados frente a mariscos, como en los canales de venta o mercados objetivo. Si bien las previsiones económicas dependen de la evolución de la pandemia, los escenarios no son favorables a nivel sectorial, existiendo empresas focalizadas al canal Horeca o Gourmet Delicatessen que se han visto abocadas a la solicitud de ERTE mientras que la disminución del poder adquisitivo de los consumidores podrá derivar en un traspaso de decisión de compra hacia otros alimentos mucho más económicos, y relegando a otros. Y eso, pese a que los productos pesqueros, con especial relevancia de la conserva de atún, son productos con una relación calidad-precio indiscutible.

-También se señaló que una de las consecuencias de la crisis iba a ser la destrucción de empleo. ¿Se ha producido ya?

-No disponemos de datos oficiales todavía, por lo que sugiero esperar. Lo que puedo asegurar que cada empleo perdido, es una oportunidad perdida para el sector y su futuro. La voluntad de las empresas es crear empleo y riqueza en la sociedad y así lo ha venido realizando en los últimos años con crecimientos de empleo. En el año 2019 el incremento fue del 6,66% con respecto a 2018.

-¿Se ha complicado el conseguir materia prima estas fechas?

-El sector está altamente internacionalizado, con cadenas de aprovisionamiento globales y unas relaciones comerciales que dependen, necesariamente, del comercio. Las restricciones a la movilidad impusieron un freno de la actividad extractiva, según tipología de productos, y del transporte de mercancías que supusieron otro reto que tuvimos que resolver just in time, ajustando producciones en función de nuestros almacenamientos disponibles a la par que calculábamos qué materias primas podríamos disponer en función de los pedidos. Es difícil referenciar los diferentes mercados, pero en Galicia, por ejemplo, muchos acuicultores o mariscadores tuvieron que parar ante el freno en la venta en fresco, y eso se trasladó a la industria. Apoyamos que la UE desplegase medidas de apoyo al amparo del FEMP para los productores, aunque seguimos esperando la publicación de las ayudas para determinadas empresas transformadoras que se han visto muy perjudicadas.

-Otro hecho importante ahora es la resolución del "Brexit". La idea de la conserva era buscar alternativas al mercado británico. ¿Varió esa hoja de ruta?

-El Reino Unido llegó a ser el cuarto mercado de exportación de conservas, siendo relegado paulatinamente por la incertidumbre del Brexit. Países como Francia, Italia, Portugal, Alemania y Holanda, en la actualidad, son grandes clientes, así como Estados Unidos. Pero la gran fortaleza es la diversificación, pues se exporta a 140 países de los 5 continentes. La hoja de ruta no varía, por el momento y a datos de marzo 2020, las exportaciones españolas de conservas, preparados y semiconservas de pescados y mariscos, se han incrementado un 10% en volumen y un 12% en valor con respecto al mismo período de 2019.

-¿Cree que el sector recuperará las cifras récord pre-crisis?

-Nuestra intención es ser los más eficientes y efectivos posibles, mejorando cada día para llegar a nuevos mercados y ofrecer nuevos productos que generen el máximo valor añadido. Ahora bien, existen grandes amenazas ligadas al level playing field, entendido como el cumplimiento de las reglas para todos, incluidos terceros países que comercializan en la UE. En igualdad de condiciones, estamos convencidos de poder mantenernos e incluso crecer. Ahora bien, el presente es lo que me preocupa, y por ello nuestro objetivo es cerrar el año con el mínimo impacto posible.