Más de 1.000 personas protestaron ayer ante la sede de la Subdelegación del Gobierno en Lugo contra el comienzo del proceso del despido colectivo de 534 empleados de la planta de aluminio de Alcoa San Cibrao. La movilización se produjo con escolta por parte de la UIP de la Policía Nacional desplazados desde A Coruña. Los participantes tiraron huevos y harina contra la fachada del edificio y encendieron bengalas.

En las pancartas se podían leer mensajes como Sen industria non hai futuro y Aluminio solución. Alcoa go home. "Hoy es un día muy triste para toda la industria española", lamentó el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, quien incidió en que "el Gobierno y la Xunta tienen que poner los huevos encima de la mesa" porque "no se puede permitir que se destruyan las empresas del aluminio" y no se fabrique en España para después "importar más de un millón de toneladas del extranjero".

Por su parte, el líder del sindicato CCOO en Galicia, Ramón Sarmiento, abogó por favorecer que la planta de San Cibrao de la multinacional estadounidense se convierta en una instalación de producción de "aluminio verde" al facilitar que puede utilizar energía renovable en la fabricación de ese metal.

A juicio de CCOO, esta transformación es la única posibilidad de evitar el despido de más de medio millar de trabajadores de esa fábrica, cuyas negociaciones dieron comienzo en la jornada de ayer y se prolongarán durante un mes.