No solo el relevo generacional gallego está en cuestión en cantidad, sino que los jóvenes que constituirán el futuro de la comunidad se enfrentan a escollos que lastran su presente y su porvenir. Según un informe elaborado con datos de países de la UE y de las comunidades autónomas, los "veinteañeros" de este lado del Padornelo están entre quienes tienen más dificultades para volar del nido familiar de Europa y entre los que más problemas se encuentran para acceder a un trabajo y tener así los medios para conseguir independizarse. Todo ello pese a que son líderes en competencias digitales y, en general, gozan de un buen nivel educativo.

En concreto, en un ranking de 46 territorios -28 países de la UE, las 17 comunidades más la media europea-, los gallegos de edades comprendidas entre los 15 y 29 años se encuentran en el furgón de cola -puesto 35 tanto en el parámetro de empleo como en el de emancipación, y 37 en el que analiza su tasa de fecundidad, mortalidad, accidentes o suicidios-. Por el contrario, la "nota" que reciben en el ámbito educativo les sitúa en la mitad superior de la tabla -posición 21, por encima de la media europea- y, si lo que se analiza es el comportamiento en el ámbito de las tecnologías de la información y de la comunicación, las TIC, Galicia salta a los puestos de cabeza, al décimo lugar, por delante de Reino Unido, Austria o Alemania.

Los datos constan en el informe "Índice de Desarrollo Juvenil Comparado 2019" elaborado dentro del proyecto Proyectoscopio, del Centro Reina Sofía y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, un estudio en el que se analizan varios parámetros: desde la tasa de fecundidad de los jóvenes, hasta qué porcentaje está estudiando a la universidad con 22 años, en qué proporción fallecen en accidentes de tráfico o en qué medida tienen competencias "altas" en el manejo digital. Así hasta 23 indicadores que permiten dibujar el estado de la cuestión en cinco dimensiones: empleo, emancipación, educación, vida y TIC.

El resultado es el índice de desarrollo juvenil comparado que da título al informe y que situaría a Galicia, tomado de forma global, en el puesto 32 de 46 en Europa, lo que supone un retroceso de una posición con respecto a hace solo un año. Aun así, la "nota" gallega, 5,289 sobre una escala de 10, sería superior a la estatal (5,128). En el podio estaría Dinamarca, con un 8,433, y la última de la lista sería Rumanía, con un 3,884. En peor situación que Galicia, atendiendo a ese índice, estarían la mitad de las comunidades, desde La Rioja, situada inmediatamente tras Galicia, a Extremadura, en el antepenúltimo puesto de la clasificación.

Aunque en Galicia los jóvenes de 15 a 29 años son una minoría -suponen el 12,5% de población, la mitad que los mayores de 65 años-, constituyen el futuro de la comunidad. Sociólogos señalan que el que se hallen en puestos de cola en empleo y emancipación tiene más que ver con el mercado de trabajo que con la voluntad de los protagonistas. De hecho, uno de los indicadores que tiene en cuenta el estudio, el de jóvenes inactivos, que no trabajan ni estudian, se ha reducido durante la última década a casi a la mitad.

Para el sociólogo y profesor de la Universidade de Vigo Alberto Saco, los datos que sitúan en un extremo el desempeño académico y TIC y en el otro una concreción a nivel vital y laboral "tienen que ver con la viabilidad de proyectos de vida basados en altos niveles formativos en un mercado laboral que no los demanda en la medida correspondiente".

"Tenemos", dice, "una gente joven muy formada junto a una actividad económica incapaz de ofrecer una estructura de oportunidades adecuada al nivel de instrucción de la juventud". A su juicio, hay un "desajuste" que percibe entre demanda y oferta en los mercados laborales y de vivienda con la consiguiente "bajada" en los niveles de fecundidad. Estos, subraya, estarían "muy alejados de lo que quieren los propios jóvenes".

En la "falta de oportunidades" pone también el foco Carlos Ferrás, profesor de Xeografía Humana de la Universidade de Santiago, en lo que respecta a los puntos débiles de los jóvenes gallegos, mientras que asocia que sobresalgan en las TIC "por un ambiente "sociocultural y educativo motivador". Ferrás afirma que "la falta de oportunidades en el mercado laboral cualificado lleva a que los jóvenes gallegos se encuentren subempleados en actividades de baja cualificación". "Esto", añade este experto, "conlleva la emigración hacia las principales ciudades de España y de Europa donde las oportunidades son mayores".

Carlos Ferrás cree que "existen problemas serios de conexión entre el sistema educativo y el productivo" y que, además, "el fuerte envejecimiento demográfico, los elevados precios de las viviendas de alquiler, el alto desempleo juvenil y los bajos salarios determinan" que los jóvenes no se animen a formar familias. Aunque los indicadores de educación sean positivos, defiende que el sistema educativo tiene que "modernizarse". No se puede, sostiene, "tener una juventud cualificada, con interés en el uso intensivo de las TIC y sin embargo incapaz de emanciparse, de emprender, de liderar proyectos o innovar".