¿Teme ser imputado por el caso Dina

No. En ningún caso.

¿No cree que es posible?

Creo, de hecho, que ocurrirá lo mismo que con muchas acusaciones en los últimos años. Televisión, radios y prensa hablarán mucho de ello, pero no va a tener ningún recorrido judicial. Aquí lo que hay, y son hechos verificados, es que a Dina Bousselham le roban a finales de 2015 el móvil y en 2017 aparece el contenido en un ordenador de Villarejo y una anotación donde dice que entregó información sobre Podemos a Eduardo Inda y a Esteban Urreiztieta. Y es un hecho contrastable que Inverviú, El Mundo y El Confidencial tenían una copia, al igual que los policías de la cloaca, como Fontes Gago y Eugenio Pino, que elaboraron el informe Pisa, acreditado en el Congreso que estaba hecho con noticias falsas para hacer daño a Podemos. Es evidente que los contenidos de ese teléfono móvil que publicaron OK Diario y otros iban claramente destinados a perjudicar a nuestra formación.

¿Pero por qué retuvo la tarjeta entonces?

Lo he explicado con mucha claridad. No quería meterle más presión a una amiga, a una compañera a la que ya habían hecho mucho daño algunos digitales publicando la falacia de que teníamos una relación. Es sumamente duro para una persona que ejercía un trabajo en condiciones de anonimato, como tiene derecho cualquier trabajador o persona que colabore como asesor en un partido político. Quise evitarle la presión de saber que esas fotografías íntimas habían estado manejadas por periodistas y que, si no era verdad lo que me habían dicho de que solo había una copia, iba a tener que lidiar con que sus fotografías acabaran en manos de mucha gente, como ocurrió. Habrá quien diga que no tendría que haber tratado de evitarle esa presión. Lo entiendo. Pero creo que hice lo correcto. En cualquier caso, eso no cambia nada.

¿Usted destrozó la tarjeta?

Evidentemente no. Evidentemente no.