Por segunda vez, España ha vuelto a fracasar en su intento de presidir el Eurogrupo, el influyente foro informal de ministros de economía y finanzas de la Eurozona. Aunque la vicepresidenta económica del Gobierno, la coruñesa Nadia Calviño, partía como "gran favorita" para sustituir al socialista portugués Màrio Centeno, que dejará el puesto el próximo 12 de julio tras dos años y medio como presidente, no logró los votos necesarios y fue derrotada en la ronda final por el conservador irlándes del PPE, Paschal Donohoe.

No lo consiguió Luis de Guindos hace cinco años, apeado de la carrera por el socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem en julio de 2015. Y tampoco lo ha conseguido cinco años después la socialista española, superada en esta ocasión por el candidato de otro país pequeño y del norte que ha sabido jugar mucho mejor sus opciones. El apoyo público expresado por las otras tres grandes potencias del Eurogrupo (Alemania, Italia y Francia) no ha bastado para aupar a la vicepresidenta económica que también contaba con el apoyo de Portugal y de Grecia. Calviño necesitaba 10 de los 19 votos del Eurogrupo para lograr su objetivo, en una votación "secreta" y por vía electrónica cuyo resultado solo conocen con precisión los funcionarios encargados del sistema, y finalmente no los ha conseguido.

"Saben lo importante que es el Eurogrupo y estoy seguro de que lo dejo en buenas manos", ha dicho el presidente saliente, Màrio Centeno, antes de la elección sobre los tres "excelentes" candidatos que han competido por el cargo: el liberal luxemburgués Pierre Gramegna, la socialista española Nadia Calviño y el conservador irlandés Paschal Donohoe. El primero, tal y como apuntaban todas las quinielas, se ha retirado de la contienda tras una primera votación "no concluyente" a la que han seguido muchas llamadas de teléfono.

Calviño y Donohoe, que ha llegado al sprint final con el potente apoyo del Partido Popular Europeo, que gobierna en una mayoría de países, han sido los dos candidatos que han pasado al duelo final que ha terminado decantándose del lado irlandés, a quien una mayoría de colegas del norte ven como una figura de consenso y de compromiso pese a la posición de Irlanda en cuestiones fiscales o la tasa digital europea. "Me siento profundamente honrado de ser elegido como el nuevo presidente del Eurogrupo. Espero con interés trabajar con todos mis colegas en los próximos años para garantizar una recuperación justa e inclusiva para todos a medida que nos enfrentamos a los desafíos futuros con determinación", celebró tras la reunión que de nuevo se ha celebrado por videoconferencia.

El nuevo presidente asumirá las riendas de la Eurozona el próximo 13 de julio. Su mandato se prolongará durante dos años y medio (renovables), hasta diciembre de 2022. Entre las tareas más inmediatas que tendrá por delante están hacer frente a la recesión económica sin precedentes que atravesará este año la Eurozona, velar por la puesta en marcha la triple red de seguridad de 560.000 millones acordada por la UE para hacer frente a la crisis del Covid-19 y la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

El democristiano Paschal Donohoe, de 45 años, accede al cargo con una imagen de gestor capaz de limar las diferencias que mantienen los países del norte y el sur en materia económica. El irlandés rentabilizó su imagen de "constructor de puentes" y su larga trayectoria ministerial. Sus apoyos en el Eurogrupo también valoraron la posición moderada de Irlanda en la mayoría de negociaciones y su condición de país rescatado.

En este sentido, Donohoe representa a un país que está a medio camino entre los que defienden la ortodoxia económica y los que abogan por una mayor flexibilidad para afrontar la recuperación tras la pandemia de la Covid-19.

Su éxito profesional y ese talante dialogante le ha permitido mantenerse en el puesto de ministro de Finanzas -condición para presidir el Eurogrupo-, después de la construcción el pasado mes de un Gobierno de coalición entre su partido, el Fine Gael, y el centrista Fianna Fáil, las dos grandes formaciones irlandesas y rivales desde la Guerra Civil (1922-1923).

En el Ejecutivo anterior, ostentó desde 2017 hasta 2020 la cartera de Finanzas, Gasto Público y Reforma, tiempo que aprovechó para establecer lazos con sus colegas del norte de Europa, a través de la participación de Irlanda en el Grupo Hanseático, los países situados entre los mares del Norte y Báltico (Finlandia, Suecia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Irlanda, República Checa y Eslovaquia). También ha forjado importantes alianzas con sus socios del sur, después de situarse del lado de los que piden que Bruselas establezca instrumentos de deuda conjuntos para luchar contra los efectos del coronavirus.