La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño, aseguró ayer que España "tenía apalabrados al menos 10 votos" -los suficientes para ganar- en la votación del jueves para que fuera nombrada presidenta del Eurogrupo. "Pero al final alguno de los ministros no hizo lo que dijo que iba a hacer", reveló la vicepresidenta, que afirmó que "estas cosas pasan" y que el Gobierno español sabía desde el principio que conseguir la Presidencia del Eurogrupo "iba a ser una lucha complicada".

La vicepresidenta no ha querido hablar en ningún momento de "traición" y ha recordado además que el voto era secreto y telemático. "Es imposible saber [quién cambió el voto], no merece la pena especular. Pasemos página", zanjó Calviño, que sumó nueve apoyos. "Partíamos con importantes desventajas porque hay una mayoría de gobiernos del Partido Popular en Europa, porque ya veníamos de una Presidencia de un país, no sólo del Sur, sino de un país hermano [Portugal]; nunca ha habido una presidencia de un país grande precisamente porque el sistema de voto da más peso a los países pequeños, por no hablar de que soy la única mujer en esa mesa", argumentó Calviño en declaraciones a Onda Cero, la SER y RNE recogidas por Europa Press.

La lectura que hace Calviño sobre el resultado de la votación de ayer es que los países pequeños se unieron en torno a un líder y que el Partido Popular Europeo "consiguió arrastrar" a varios gobiernos de corte liberal. "El PPE se empeñó e invirtió mucho para conseguir el apoyo al candidato de Irlanda".

Por otra parte, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, descarta que su derrota en la votación para presidir el Eurogrupo vaya a complicar a España la negociación europea sobre el fondo de recuperación, que será, dijo, "exactamente igual de difícil" que antes de haber sido superada por el irlandés Paschal Donohoe. "La negociación va a ser muy complicada y es exactamente igual de complicada hoy que anteayer", declaró a la prensa tras participar en la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin).

Calviño desveló además que en la mañana de ayer recibió una llamada de Donohoe en la que el irlandés le trasladó su "aprecio" y "respeto" y le pidió que trabajen "juntos" durante su mandato. "Esta aproximación transversal es la que yo he venido defendiendo", reivindicó, para después apuntar que no cree en una Europa "basada en clubes, en prejuicios o en etiquetas".

En cualquier caso, Calviño recordó que el Eurogrupo es un órgano informal en el que no se tratan cuestiones legislativas, por lo que todos los aspectos relativos al fondo de recuperación se debatirán en el Ecofin, el foro formal en el que participan todos los ministros de Finanzas de la UE y no sólo los del euro. Por eso, prefirió no establecer un "vínculo directo" entre la elección del irlandés Donohoe como presidente del Eurogrupo y "la forma en que se aborde el plan de recuperación para el conjunto de la UE", que "se discute en otros foros".

Preguntada precisamente por la nueva propuesta que ha presentado el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, tanto para el fondo de reconstrucción como para el presupuesto de la UE a largo plazo (MFF), la vicepresidenta ha apostillado que no ha estudiado "el detalle" todavía. "Es una base que servirá como paquete para la discusión de los líderes (en la cumbre de los días 17 y 18), la vamos a analizar en detalle y se definirá cuál es la posición de nuestro país después de haber podido considerar todos los matices y detalles que contiene", apuntó.

Nueva propuesta de ayudas

Aunque mantiene el tamaño del fondo (750.000 millones) y la proporción de transferencias y préstamos (500.000 millones y 250.000 millones, respectivamente), el planteamiento de Michel recoge un mayor control de las ayudas al requerir que una mayoría de los países den luz verde a los programas nacionales de reformas.

Los programas nacionales de reformas necesitarán luz verde de una mayoría cualificada de los socios europeos antes de recibir los fondos. Después, las ayudas se irán desembolsando en varios tramos a medida que se vayan completando una serie de criterios preestablecidos.

España estudiará "atentamente" la propuesta, aunque considera que la UE ya tiene suficientes instrumentos de control y no es necesario inventar nuevos mecanismos para controlar el uso que hagan los Estados miembros de los fondos. "Nos parece que no estamos en un momento en que haya que hacer mucha invención de ingeniería procedimental europea, hay procedimientos ya establecidos y sería útil que esos procedimientos sean utilizados", aseguró la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.