La "flexibilidad" es una de las características de Inditex, como lo refrenda el éxito de su rápida respuesta a la demanda de los clientes, de ahí que la disposición para afrontar un impacto tan inminente y profundo como el originado por el coronavirus ya estaba en la genética de la compañía. En este tiempo de tribulación, la empresa que abrió su primera tienda en A Coruña hace justo 45 años, hizo ayer un ejercicio de reafirmación ante sus accionistas. "La primera mitad de año ha estado muy condicionada por el Covid, pero se ha puesto de manifiesto la fortaleza de nuestro modelo de negocio, así como nuestra capacidad de reacción y de adaptación", indicó el presidente de la multinacional gallega, Pablo Isla, durante su discurso en la junta general más telemática.

Los otros dos grandes distintivos del grupo textil son "la digitalización y la sostenibilidad". Y ahí, en el ámbito virtual, la pandemia ha acelerado vertiginosamente el proceso. Si en 2019 el negocio online supuso el 14% de las ventas totales (3.900 millones), Isla pretende doblar el peso de las mismas en dos años hasta superar el 25%. En 2022, al menos uno de cada cuatro euros tiene que venir de la Red. Para ello, la compañía invertirá 2.700 millones en su transformación digital.

El grupo contaba con casi el 90% de sus establecimientos cerrados en abril por la crisis sanitaria y ahora dispone del 94% de los locales abiertos. "La situación vuelve progresivamente a una mayor normalidad dentro de la primera mitad del ejercicio, que está muy condicionada por el impacto del Covid-19", señaló. La clausura de las tiendas tuvo un "impacto muy significativo" al dejarse 409 millones en el primer trimestre fiscal, aunque la venta online amortiguó las pérdidas al crecer de manera "muy relevante" en esos meses. Este incremento se disparó un 50% entre febrero y abril (llegó al 95% en abril).

La plataforma que integra la tienda física y online, que ya está presente en 72 mercados, se lanzó recientemente en Argentina, Uruguay y Paraguay. En agosto le tocará a Chile. "En Argentina tenemos tiendas en Buenos Aires y Rosario, pues el 50% de las ventas ya se producen fuera de esas ciudades" gracias a Internet, dijo Isla.

En la apuesta por la digitalización, Inditex ha puesto en marcha una plataforma digital propia, que estará 100% operativa en 2021, pero que ya cubre un 60% de las actividades online del grupo. "Es un proyecto bonito y ambicioso que es imprescindible para desarrollar el mundo online como queremos", indicó, al tiempo que reconoció que prevé que el grupo tenga la red 100% integrada en 2022.

Las webs de Inditex reciben más de 4.000 millones de visitas al año y los perfiles en redes sociales de las ocho marcas cuentan con más de 188 millones de seguidores.

Isla subrayó la apuesta de la compañía por las tiendas al buscar las mejores localizaciones y la mejor imagen de sus establecimientos. En este sentido, se refirió a la reapertura de una tienda de Zara en Pont Neuf (París), totalmente renovada, así como a la de Paseo de Gracia en Barcelona, que ha renovado algunas secciones y que contará con una tienda de hombre nueva e independiente. También avanzó que una de las "aperturas más relevantes" para este año tendrá lugar en el mes de octubre en Pekín, en un edificio completo que se convertirá en una de las tiendas "más importantes" de la compañía en Asia.

El presidente de Inditex, que recordó durante la junta de accionistas a los fallecidos por el Covid-19, agradeció a todos los trabajadores del grupo su esfuerzo durante la crisis sanitaria. "Toda la empresa se volcó en los momentos más duros de la pandemia", subrayó. Durante su discurso ante la junta, recordó que la multinacional fletó durante el estado alarma 56 cargueros con material sanitario y trajo a España más de 150 millones de unidades de protección sanitaria para entidades públicas y privadas, además de donaciones de Inditex (25 millones) y de la Fundación Amancio Ortega.

Respiradores y mascarillas

El grupo transportó 2.300 respiradores, 2,5 millones de mascarillas N95/FFP2, más de 105 millones de mascarillas quirúrgicas, casi 38 millones de guantes, 425.000 pantallas faciales, 450.000 buzos protectores, 1,3 millones de batas quirúrgicas, 100 mesas hospitalarias, dos millones de test y 17 robots para acelerar su procesamiento.

Los accionistas aprobaron finalmente en la junta, en la que estuvo ausente el fundador, Amancio Ortega, los resultados de 2019. El curso pasado las ventas del grupo aumentaron un 8%, hasta alcanzar los 28.286 millones de euros, con crecimientos de todas las marcas y áreas geográficas, tanto en tienda como online. Las ventas de la compañía a través de su plataforma online global crecieron un 23% y representaron el 14% del negocio.

El Ebit alcanzó la cifra de 4.772 millones, un10% más que en el ejercicio anterior, mientras que el beneficio neto ascendió a 3.639 millones, un 6% más que en 2018. Isla destacó tanto la "solidez" del anterior ejercicio como el "fuerte desempeño operativo", que, sumados a las inversiones de más de 10.000 millones realizadas principalmente en tecnología e innovación durante los últimos años, "explican la preparación del grupo para afrontar el futuro de manera flexible, integrada y sostenible".

El "sólido desempeño operativo" registrado en el ejercicio 2019 se refleja también en la fuerte generación de caja, con una posición financiera neta que llega por primera vez a los 8.060 millones de euros, un 20 % más que un año antes.

Por otro lado, detalló "la creación de valor para la comunidad," que cuantificó a través de los más de 6.740 millones de euros de contribución tributaria global de Inditex en el ejercicio 2019. De esta cantidad, 1.874 millones se pagaron en España, sede del grupo, de los cuales un total de 1.049 millones fueron en concepto de impuestos directos, con una tasa efectiva del 22% en el impuesto de sociedades. La compañía recalcó su contribución con el 2% recaudado por Hacienda respecto a este tributo.

Los accionistas también respaldaron el reparto de un dividendo de 0,35 euros brutos por acción con cargo a los resultados de 2019, que se abonará el 2 de noviembre.

De esta forma, la política de dividendos se mantiene intacta, con un payout del 60%, así como el complemento de un dividendo extraordinario total de 0,78 euros por acción, cuya distribución estaba prevista para 2020 y 2021, y que pasarán a repartirse en 2021 y 2022.

Al tiempo que apuesta por el futuro de su negocio, la compañía quiere contribuir a una sociedad "cada vez más sostenible" en todos los ámbitos, desde la apuesta por la gastronomía de proximidad en el comedor de la sede central a los procesos de fabricación de sus prendas. En este sentido, Isla recordó "los ambiciosos objetivos" que la compañía se ha marcado en el terreno de la sostenibilidad. Por un lado, reforzará la gestión sostenible de sus consumos energéticos en tienda -a través de la plataforma de gestión centralizada Inergy, a la que están conectadas ya 3.587 tiendas-, el consumo de energía renovable y la gestión de todos los materiales empleados tanto en tienda, como en logística y sedes, a través del programa Zero Waste. Por otro lado, la compañía avanzará en la eliminación de plásticos, con un primer hito en 2020 al desaparecer todas las bolsas de este material de sus tiendas y pedidos online, y con el siguiente objetivo marcado para 2023 con la eliminación de todos los plásticos de un solo uso para clientes. De la misma forma, crece el peso de las colecciones Join Life, que en 2020 alcanzarán el 25% del total, en la senda de lograr que en 2025 la compañÍa use sólo fibras 100% sostenibles.

En 2019, la multinacional gallega destinó un total de 49 millones de euros a programas sociales de los que se beneficiaron cerca de 2,5 millones de personas.