La inflación en Galicia sigue en terreno negativo, aunque menos. De hecho, las estimaciones de los economistas es que acabe cerrando el año en tasas positivas "moderadas". Durante junio los precios en la comunidad subieron un 0,6% en comparación con mayo y la variación interanual se sitúa en el -0,4%, frente al -1,2% del mes anterior. La principal razón es el encarecimiento de la electricidad, un 4,6%, y el 3,5% de alza registrado en los carburantes, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el IGE en Galicia. En el conjunto del Estado el Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó una décima menos, el 0,5%, y la tasa interanual es del -0,3%.

Los alimentos registraron en Galicia una leve caída mensual de los precios del 0,1%. Dentro de la cesta de la compra llama la atención el nuevo encarecimiento de las frutas frescas (4,1%) y las patatas (4,4%), mientras que cayó con fuerza (5,9%) el coste de las legumbres y las hortalizas. Bajaron también la ropa (0,8%) y el calzado (0,4%). En el caso de los servicios recreativos, deportivos y culturales, el retroceso fue del 0,2%; y un 0,2% los seguros.

En la comparativa con la situación de los precios hace un año, lo que más se ha encarecido es la alimentación (3,3%) y el sector de restaurantes y hostelería (2,5%), mientras que la electricidad, pese a la subida respecto a mayo del actual 2020, es aún un 11,8% más barata que entonces.

El INE recuerda que el 22 de junio finalizó el estado de alarma y la mayoría de los establecimientos comerciales reanudaron su actividad. Sin embargo, el organismo ha mantenido la recogida de precios por medios telemáticos debido a que la mayor parte del mes ha estado vigente la restricción de movimientos y la limitación de aforos en los establecimientos. En junio la mayoría de la cesta de productos del IPC ya estaba disponible para su adquisición por los hogares, a excepción de los artículos relacionados con el turismo y la asistencia a espectáculos deportivos y culturales.