Con retraso y el correspondiente expediente sancionador por parte de las autoridades comunitarias, la directiva europea de Bienestar Animal entró en vigor en España el 1 de enero de 2012 y revolucionó el gallinero. Y la expresión en este caso es literal. Además de otros importantes cambios como el dispositivo para el corte de las uñas, la superficie mínima para cada animal pasó de 570 a 750 centímetros.

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