El Clúster TIC de Galicia engloba a un centenar de empresas del sector de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones de la comunidad.

¿Cómo ha respondido el sector TIC a los efectos de la pandemia?

La sociedad se ha convencido de que debe hacer una inversión potente en tecnología de la información. Contamos con negocios que ya son puramente TIC y luego pensemos en el cambio que se avecina en el ámbito industrial. Ciertamente, lo más probable es que el sector TIC haya sido el menos impactado por el Covid en términos de actividad. Hay ámbitos que no han dado abasto, como el que se dedica al software de teletrabajo o a las soluciones online. Los operadores han dado mucha más capacidad a las empresas que no tenían tantas líneas o tantos servidores para soportar a su personal fuera de la oficina.

¿Y en el ámbito gallego?

El primer efecto se produce a corto plazo y está provocado por las medidas drásticas que se toman a raíz de la eclosión de la pandemia. En este apartado, debemos establecer dos grupos de empresas en Galicia. Uno es el de las compañías que no se han visto afectadas en absoluto y que incluso han aumentado su actividad. Son las empresas que estaban relacionadas con las soluciones anti-Covid. Y luego figuran las firmas que están muy vinculadas al ciclo comercial de terceros y que en algunos casos han tenido que reducir o parar la actividad. No me refiero a las que trabajan para la Administración, la sanidad o las que aportan soluciones online, ésas trabajan más que nunca. No contamos aún con datos rigurosos, puede que haya una disminución global del 20% o el 25% del negocio cuando en otros sectores ha sido del 60% o el 70%.

¿Y la incidencia de ERTE?

De los 102 socios que integran el Clúster, solo dos se vieron afectados por los expedientes temporales. Muchas empresas tuvieron recortes en un apartado y mayor demanda en otros, por lo que pudieron recolocar a su personal sin necesidad de acudir al ajuste de empleo.

El coronavirus, ¿ha acelerado la transformación digital?

En tres meses no se produce la transformación digital pero sí es cierto que la pandemia ha derribado mitos y ahora nos permite tener datos sobre situaciones de las que antes solo teníamos opiniones. El caso más evidente es el teletrabajo. Antes uno podía opinar si el teletrabajo aumentaría o no la productividad, el control laboral? ahora ya lo ha visto, lo sabe en directo, puede tener datos y no opiniones porque has tenido al 100% de los empleados en teletrabajo. Es una realidad sobre la que puedes operar. Había empresas que ya tenían un modelo de teletrabajo 100% pero la mayoría no lo había experimentado. Te das cuenta de lo positivo y de lo negativo, dado que también surgen profesionales que valoran la oficina más que nunca. No es que la crisis sanitaria haya hecho la transformación digital pero sí un simulacro de muchas cosas.

¿Solo en el teletrabajo?

Hay empresas que se han dado cuenta de que no tenían infraestructura suficiente para atender más pedidos telefónicos, hay comercios que decían que nunca les había hecho falta una web y la echaron en falta... más que hacer la transformación digital, que en tres meses evidentemente no se puede hacer, la pandemia ha permitido que las empresas y los profesionales palpen la realidad de la operación digital y tengan mucha más información para tomar decisiones. Ahora se dicen, pues sí, voy a lanzar un sistema de comercio electrónico, a o preparar la empresa para otra manera de trabajar con lo cual deben ampliar su infraestructura. Se han redefinido las cosas a raíz de una reflexión general.

Es el caso de los abuelos que empezaron a interactuar con sus nietos por Skype durante el confinamiento.

Ahora nadie te dice: tienes que venir porque si no, no podemos tratar el tema. Llevamos cuatro meses tratando todos los temas online. También te has dado cuenta de lo que fallaba y de lo que hace falta para que el modelo funcione.

¿Y qué hace falta mejorar?

Nosotros siempre decimos lo mismo y es que la transformación digital no es un proyectito que yo contrate, es plantearte el funcionamiento de tu empresa de forma global. Y eso requiere un plan a largo plazo y dar pasos todos los años. Un pequeño comercio que no tenía nada pues se ha dado cuenta de que tampoco es tan complicado. Son tantas cosas? no es lo mismo la necesidad de un comercio, de un periódico o de una fábrica, cada uno tiene que hacer su reflexión. La transformación digital no es hacer una aplicación, es imaginarte tu empresa completamente de forma digitalizada. Entonces hay gente que ha dicho, vamos a tomarnos esto en serio.

¿Cuál es el posicionamiento de la comunidad gallega?

Yo no creo que Galicia tenga un nivel inferior a la media española en general. Esto no va tanto del nivel en el que estemos, sino de la ambición de cada proyecto empresarial. Si la ambición de un proyecto empresarial es el territorio de Galicia, pues necesitas un tipo de transformación digital de este tamaño. Si tu ambición como empresa es conquistar el mundo y tener delegaciones en cien países, pues necesitas otro. Para mí, no es tanto echar de menos un nivel tecnológico concreto, no es ése el tema porque en Galicia tenemos ejemplos de empresas multinacionales que funcionan casi completamente de forma digital. Lo que se echa de menos no es la tecnología, sino esa ambición, esos proyectos orientados al mundo, a la exportación. Y me refiero a todos los sectores, al TIC y a los demás. Cuando tienes el proyecto, viene la necesidad de hacerlo digital desde el principio. Si tu proyecto es limitado es porque pones límites al crecimiento. Nosotros no vemos ninguna inferioridad tecnológica en Galicia, tenemos grandes profesionales en todas las tecnologías que puedas imaginar. ¿Qué nos hace falta entonces para progresar aún más?, ¿más ideas de aplicaciones? No, más ideas de negocio, más empresarios de verdad, con ganas, modernos. Esas ganas de tener una sociedad empresarialmente dinámica, que invierta y pruebe cosas? esto es el problema de Galicia y de España.

¿Está asegurado el talento en Galicia para los próximos años?

El talento no está asegurado en ningún sitio. ¿Qué ha pasado a raíz del Covid? Imagina que perteneces a Google, vives en Suiza, teletrabajas y todo funciona. E imagina que le dices a tu jefe que te vienes a teletrabajar a Galicia. La filosofía del teletrabajo puede desencadenar un gran terremoto en las relaciones laborales globales y hay que aprovecharla. ¿Qué creo yo? Que hay una oportunidad para que sitios como Galicia atraigan a un montón de grandes profesionales que están ahora vinculados a una ciudad cara y que aquí tendrían otra manera de vivir. Incluso vivirían mejor en nuestra comunidad con una pequeña pérdida salarial, de hecho Facebook ya ha dicho que le baja el sueldo a los que se vayan a una isla desierta a teletrabajar. A Galicia le convendría traer a todas esas familias de poder adquisitivo, jóvenes aburridos de vivir en urbes mucho más caras y frías. Imagínelos en una ría gallega o en una de nuestras villas, con la naturaleza, la gastronomía, las comodidades de aquí y una excelente conexión de fibra óptica. Es una grandísima oportunidad. Galicia tiene que posicionarse como destino en este ámbito. El problema es que no estamos solos a la hora de atraer talento. Pues habrá que ofrecerles un paquete. ¿Y qué es un paquete? Pues una comunidad autónoma sociable, abierta, con un buen urbanismo, limpia, moderna, bien comunicada. Con el envejecimiento que tenemos, esta renovación sería fantástica.

¿El rural gallego está bien conectado?

En esto también tenemos que derribar muchos mitos. Nosotros tenemos una empresa que trabaja con Suiza, con Japón? pues están peor que aquí en el rural. Todos querríamos tener 250 megas en cada casa del rural. Bien, lo primero será preguntarse si existe eso en algún país del mundo, porque si existiese en todas partes y aquí no, pues tendríamos un problema. La Galicia urbana tiene unas condiciones al nivel de cualquier país adelantado del mundo. En general, España en despliegue de fibra óptica tiene todo lo que tiene que tener. Y lo que falta para que haya más conectividad en la última casa rural, no es un tema de empresas. Galicia tiene unas infraestructuras de comunicaciones espectaculares. En un rural disperso como el gallego, los ingresos no pagan ni el mantenimiento de la red. Por eso los ayuntamientos tienen que colaborar: y dejar de poner trabas: nos quejamos del despliegue pero ninguno quiere poner una torre. Es que hago una carretera provincial y no le hago tubos y si le hago tubos para poner fibra luego se los quiero cobrar al operador y luego además quiero que llegue a la última casa. Eso no puede ser. Yo creo que lo que falta es una reflexión conjunta y no cada uno por su lado. Los operadores son los primeros que quieren tener a los clientes bien conectados.