El Santander registró una pérdida atribuida de 10.798 millones de euros en el primer semestre de este año tras registrar una actualización del fondo de comercio de sus inversiones históricas y de los activos fiscales diferidos (DTA), lo que genera un cargo extraordinario sin efecto en caja de 12.600 millones de euros. El ajuste obedece al deterioro de las perspectivas económicas como consecuencia de la crisis de la Covid-19 y no afecta a la liquidez, al riesgo de crédito ni a la ratio de capital CET1, según la entidad, que tiene la intención de abonar un dividendo correspondiente a 2019 en nuevas acciones equivalente a 0,10 euros por acción.

"Aunque el beneficio atribuido se ha visto afectado por la actualización contable sin efecto en caja del valor del fondo de comercio y de los DTAs debido al impacto de la pandemia en las previsiones económicas, esta revisión no afecta a la fortaleza de nuestro balance", aseguró la presidenta de Banco Santander, Ana Botín. El beneficio ordinario fue de 1.908 millones en el primer semestre, un 48% menos que en el mismo periodo del año anterior, por las mayores provisiones relacionadas con la pandemia del Covid-19.