La popular y erróneamente conocida como "marea roja" está de vuelta. Los vientos del sur registrados en días pasados empujan hacia el interior de las rías la gran cantidad de nutrientes existentes en la plataforma continental, con lo que esto tiene de positivo para el desarrollo de todo tipo de especies, sobre todo, bivalvos. El problema es que también llega el fitoplancton portador de biotoxinas, que no afecta al ser humano, pero sí a moluscos como el mejillón. La consecuencia inmediata es el cierre de las bateas donde los niveles de células tóxicas superan los márgenes permitidos, lo que condiciona la actividad extractiva y comercializadora de un mejillón que en esta época del año atraviesa su mejor momento.

Los últimos resultados analíticos del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (Intecmar) prohiben de forma "cautelar", al filo de la medianoche del martes, la extracción del oro negro cultivado en las bateas de los polígonos Cangas G, en la ría de Vigo, y de los Bueu B, A2 y A1, en la de Pontevedra.

Ayer, pasadas las tres de la tarde, se confirmaron los resultados obtenidos en las pruebas realizadas en laboratorio, por lo que esos cierres se elevaron a "efectivos". Se centran, de momento, en las rías que, tradicionalmente, primero notan la entrada de las células tóxicas, por lo que estas prohibiciones pueden ser el anticipo de lo que está por venir.

Casi nadie duda de que durante los próximos días, y quizás semanas, se extenderán las prohibiciones a otros polígonos bateeiros y, muy probablemente, a las demás rías, sobre todo a las de Arousa y Muros-Noia.

A la espera de acontecimientos, los productores, comercializadores y transformadores confían en que, al menos, los niveles de toxicidad desciendan pronto y no lleguen a ser generalizados, pues solo así podrán seguir atendiendo la gran cantidad de pedidos que están recibiendo, tanto del mercado de fresco (depuradoras) como del industrial (cocederos y conserveras).

Ayudas

La Consellería do Mar recuerda que las cofradías de pescadores y los acuicultores, tales como bateeiros o parquistas, pueden acceder a una línea de ayudas dotada con casi once millones de euros mediante la que financiar proyectos de desarrollo sostenible.

Fue habilitada el pasado mes de diciembre con una consignación inicial de más de 10,4 millones de euros. Pero hace unos días la Xunta aprobó la ampliación de la medida sumándole otros 400.000 euros.

Por otro lado, desde Mar siguen desgranando el plan de ayudas de la Xunta para compensar la inactividad marisquera provocada por el coronavirus en las diferentes cofradías y agrupaciones gallegas. En una visita a Muros, la conselleira Rosa Quintana anunció que el sector podrá contar con una línea de ayudas dotada con un presupuesto de 5,2 millones de euros, cofinanciados por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).

La Xunta habilitó estas ayudas, al abrigo del programa Avantemar, precisamente para propiciar "la reactivación y dinamización del ámbito marítimo-pesquero después de la alerta sanitaria, tratando de arropar a los profesionales del sector marisquero que no se veían beneficiados por las medidas diseñadas por el Estado".