El Gobierno ha movido ficha para desatascar las negociaciones para la cuarta renovación de los ERTE. La Seguridad Social ha puesto sobre la mesa exoneraciones de cotizaciones de casi el 90% para aquellas empresas que estén en ERTE total por fuerza mayor. Así lo han confirmado fuentes del diálogo social, que también explican que a estas ayudas podrán acogerse todas aquellas compañías de una lista de sectores concretos (los que el Gobierno identifica como más damnificados por la pandemia) y las empresas de otros sectores pero que puedan acreditar una dependencia directa de su actividad respecto a las primeras. Ese enfoque por sectores ha despertado, hasta la fecha, el rechazo de patronal y sindicatos.

El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luís Escrivá, ha dado un giro de volante a su propuesta para mantener el mecanismo de los ERTE y desde el miércoles patronales y sindicatos tienen en sus manos el nuevo borrador. El grueso de los recursos debe ir a partir de ahora a las compañías que no puedan reanudar su actividad en los próximos meses. La idea es concederles un nivel de exoneraciones con el que puedan pasar el invierno "prácticamente a coste cero"; según cuentan fuentes conocedoras de las conversaciones. Pues casi la totalidad de las exoneraciones las cubrirá la Seguridad Social y los salarios los asumirá el SEPE.

Fuentes consultadas del ministerio de Escrivá han descartado confirmar las cuantías, pero califican su propuesta de "generosa". El movimiento de Seguridad Social trata de acercar las condiciones de los ERTE por fuerza mayor totales a los de los ertes por rebrote. Estos cuentan con exoneraciones de entre el 80% y el 60%, según el tamaño de la plantilla.

¿Quiénes podrán acogerse a dichas exoneraciones? Las empresas de ciertos sectores y compañías que dependan estrictamente de las mismas. Escrivá mantiene su postura de una prórroga enfocada a los sectores más damnificados por la crisis de la Covid y para ello plantea una lista detallada de subactividades que han indentificado como tales. Sectores como el de los alojamientos o el transporte aéreo están en dicha lista, que debe acabar de perfilarse en las mesas de diálogo social.

El Ejecutivo ha abierto también la puerta a que aquellas empresas que no consten en esa lista de actividades, pero que puedan acreditar una afectación clara que les impide la actividad, también se puedan acoger. El criterio será el siguiente: si la empresa que no está en la lista depende de otra compañía que sí lo está y esta está en ERTE, entonces podrá acogerse también.