La Comisión Europea presentó este jueves una propuesta para regular por primera vez en la Unión Europea todas las Unión Europea criptodivisas, que pasarán a estar vigiladas por autoridades nacionales y comunitarias, tendrán que ser autorizadas previamente y deberán introducir salvaguardas en función de su nivel de riesgo.

La propuesta llega después de que los Gobiernos de los Veintisiete hayan advertido de los riesgos que pueden plantear las monedas virtuales, sobre todo si tienen un gran alcance, como es el caso de Libra, el proyecto de moneda estable de la red social Facebook.

Las criptodivisas -como Bitcoin, Ripple o Ethereum, algunas de las más conocidas- representan digitalmente un valor o unos derechos que se transfieren de forma electrónica y pueden servir para acceder a ciertos servicios, efectuar pagos o funcionar como instrumentos financieros en los que invertir, por ejemplo.

Estas divisas virtuales pueden proporcionar soluciones de pago rápidas y baratas, pero al mismo tiempo crean retos en materia de protección de los consumidores, privacidad, tributación, ciberseguridad, lavado de dinero, financiación del terrorismo e incluso estabilidad financiera.

La legislación planteada por la Comisión cubre todas las criptodivisas en función de su nivel de riesgo, incluidas aquellas que ya estaban reguladas por otras normas comunitarias, así como a los proveedores de servicios ligados a estas. "Permitirá a las empresas aprovechar las posibilidades de estos activos, pero mitiga los riesgos para los inversores y preserva la estabilidad financiera. Las monedas estables globales como Libra", explicó el vicepresidente económico de la CE, Valdis Dombrovskis, en una rueda de prensa.

Por el gran número de usuarios que podría alcanzar, plantea un reto para la estabilidad financiera y requiere también más salvaguardas en términos de fraude y lavado de dinero, dijo.

Autorización previa

Los proveedores de servicios de criptodivisas, en particular las plataformas de intercambio o de custodia de las mismas, tendrán que tener presencia física en la UE y recibir el visto bueno de de las autoridades nacionales competentes para operar.

Además, se deberán cumplir requisitos de capital, en materia de gobernanza, y separar sus propios activos de los de sus clientes.

Ahora bien, si reciben autorización en un país obtendrán el llamado "pasaporte" europeo que les permitirá operar en toda la UE.

Los emisores de criptodivisas, por su parte, tendrán que elaborar un documento con toda la información relevante para los inversores sobre qué uso se hará de los fondos, riesgos, obligaciones, etcétera,,- y se prohíbe la "información engañosa".

Los requisitos serán más estrictos para los emisores de monedas estables, aquellas ligadas a una divisa real como el dólar o el euro o a un bien material como el oro. Su objetivo es limitar la volatilidad que caracteriza a otras monedas virtuales como el Bitcoin, que no está respaldado por un activo tradicional.

Además de necesitar autorización previa y cumplir las mismas normas de gobernanza o información al consumidor, deberán garantizar a los tenedores de monedas estables el derecho a reclamar, a retirar su inversión directamente del emisor si cambia de forma importante su valor, y a ser pagado si el emisor deja de operar.

Vigilancia

Los emisores de criptodivisas estarán bajo la vigilancia de los supervisores financieros nacionales, mientras que en el caso de los que trabajen con monedas estables, se encargará de la supervisión la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Cuando se trate de monedas estables de alcance global, la supervisión será tanto nacional como por parte de la EBA.

Pero Bruselas no quiere cortar las alas al desarrollo de este tipo de activos en un contexto en el que crece la demanda de nuevos métodos de pago y fuentes de financiación, especialmente digitales.

Por ello creará un "régimen piloto" para empresas que quieren poner en marcha un sistema de registro descentralizado para emitir o comerciar con criptodivisas que funcionan como títulos financieros.

Este permitirá derogar temporalmente las normas vigentes para que las empresas puedan experimentar esta tecnología, pero dentro de un entorno controlado y vigilado por los reguladores nacionales y la Autoridad Europea de Valores y Mercados.

De este modo, las empresas podrán innovar, y las autoridades tomar nota de los posibles problemas o riesgos del sistema.

La legislación sobre criptodivisas se enmarca dentro de los esfuerzos de la UE por promover las finanzas digitales y para entrar en vigor tendrá que ser aún aprobada por los Estados miembros y la Eurocámara.