La comunidad gallega es una de las cinco españolas con menor tasa de inversión empresarial en activos intangibles ligados a la productividad -diseño, imagen de marca, formación, inversiones en innovación y desarrollo (I+D), software, bases de datos y mejoras de eficiencia-. El discreto crecimiento protagonizado por Galicia en este ámbito desde 1995 así lo acredita, tal como figura en el estudio de la profesora Matilde Mas, de la Universidad de Valencia, publicado en la revista Papeles de la Economía Español, de Funcas.

En su estudio, titulado El crecimiento de la productividad y los activos intangibles, Mas señala, a partir de datos de las fundaciones Cotec y BBVA, IVIE e INE, que si en 1995 las empresas gallegas destinaban a tales activos el 3,8% del PIB ampliado (un concepto equivalente a la suma del PIB más el valor añadido por los activos intangibles), esa proporción solo había ascendido hasta el 4,9% en 2015, año del que se disponen los últimos datos. De este modo, mientras Galicia y Andalucía ocupaban el duodécimo puesto de 17 en el primer año del periodo analizado, en 2015 la comunidad gallega perdía una plaza al ser superada por Andalucía y Castilla y León. La mejora protagonizada por Galicia en las últimas tres décadas (1,1 puntos del PIB ampliado) ha sido insuficiente tanto para ganar puestos en la tabla como para acercarse a la media española (6,4%), cuya distancia respecto a la gallega se ha ensanchado en más de medio punto.

El ejemplo opuesto es la vecina Asturias, que figuraba en una posición similar a la gallega hace 25 años al partir de la undécima plaza (3,9%), pero que ha logrado escalar hasta el séptimo puesto (5,4%), empatada con Murcia. Esto se explica porque, aunque el esfuerzo asturiano se demoró hasta 2013, a partir de entonces consiguió recuperar el tiempo perdido. De hecho, mientras España y Galicia redujeron la inversión el 1% y el 1,3%, respectivamente, en tasa media anual entre 2007 y 2013 (durante el periodo de la crisis financiera), Asturias la menguó en más del doble (2,1%). Sin embargo, a partir de la salida de la recesión, Asturias la aumentó el 4,9% como promedio por ejercicio frente al 4,4% español mientras la comunidad gallega profundizaba en su caída: -2,5%. Solo Extremadura (-3,1%), el País Vasco (-2,1%) y Galicia presentan tasas negativas durante los primeros años de reactivación. El informe subraya este hecho: "En la recuperación iniciada en 2013 el cambio de tendencia fue evidente, pero no en todas las regiones ni con la misma intensidad. En el País Vasco, Extremadura, Galicia y Canarias (0%) continuaron las caídas -aunque prácticamente negligibles en esta última- mientras que en Aragón (9,1%), La Rioja (8,4%) y la Comunidad Valenciana (8%) los crecimientos fueron excepcionalmente elevados". En este sentido, Mas llama la atención sobre la comunidad vasca, "una región líder en muchos aspectos" pero que "tuvo un desempeño decepcionante en los primeros años de recuperación".

Mas destaca que "una de las buenas noticias que se han producido en el período de recuperación, a partir de 2013, es la aparición de nuevos actores tradicionalmente ausentes en las posiciones de liderazgo". "Este es el caso", afirma, "de Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares y Asturias".

La profesora apunta que la inversión en activos intangibles está "claramente sesgada" en España hacia aquellos que tienen un impacto menor sobre las ganancias de productividad (diseño e imagen de marca), y menos hacia I+D, software, bases de datos e inversiones destinadas a mejorar la estructura organizativa de las empresas, que tienen un impacto mayor sobre el crecimiento de la productividad.

España ocupa la penúltima plaza en una tabla de catorce países europeos, solo por delante de Grecia y justo por detrás de Portugal. En todos ellos la inversión en tangibles supera a la de intangibles, salvo en Irlanda, debido a la práctica de las grandes tecnológicas de tributar en ese país por razones fiscales.