Eroski cerró el primer semestre de este año con un beneficio de 48 millones, un 44% menos que durante el mismo periodo de 2019 básicamente por los sobrecostes derivados de la pandemia que, a la vez, fue un revulsivo para las ventas. La cifra de negocio total del grupo ascendió a 2.412 millones de euros tras un alza del 7,2%. En el caso de la alimentación, el incremento fue del 12% gracias "al mayor atractivo de las tiendas de proximidad y su capilaridad". Esta parte de la actividad compensó, según recoge la compañía en un comunicado, la reducción en otras áreas como las agencias de viajes y gasolineras, "afectadas por las restricciones a la movilidad".

"Las cuentas son el reflejo de una situación socialmente excepcional que provocó un mejor comportamiento en las ventas, pero a la vez generó un incremento en gastos derivados de la necesidad de ofrecer un mejor servicio al cliente, garantizando un entorno seguro", asegura Rosa Carabel, directora general de Red Comercial de la compañía.

Refuerzo de plantilla

Las partidas de gasto con mayor aumento fueron las de equipos de protección, seguridad y limpieza en las tiendas, en las que se reforzó la plantilla "para ofrecer un servicio óptimo". La cadena incorporó a 1.562 nuevos empleados durante el primer semestre. Se abrieron cuatro nuevos supermercados propios, un Cash and Carry y 32 establecimientos franquiciados.

La inversión en este periodo superó los 31 millones de euros, según detalló la cadena de distribución. En esta primera mitad del año el grupo amortizó también 40 millones de euros de deuda, "lo que supone mantener un ritmo de amortización por encima de lo establecido en el acuerdo de refinanciación" hasta 2024 firmado con la banca acreedora de su alrededor de 1.500 millones de euros de pasivo.