La pandemia pasará factura a todo el mundo este año. El descontrol sanitario, industrial y social provocado por la irrupción de virus en marzo sigue afectando a todos los sectores de la economía, especialmente al del automóvil. El Covid-19 se sumó al descenso de las ventas, la transformación hacia el vehículo eléctrico y la entrada en vigor de la reducción de emisiones a los 95 gramos de CO2 por kilómetro para ofrecer un escenario más complicado. Las previsiones para el 2020 apuntan a un descenso de las ventas cercano al 30% tanto en España como en Europa. Un análisis presentado por la consultora Oliver Wyman señala que la venta de coches nuevos caerá entre el 16% y el 27% en Europa, mientras que el mercado del vehículo usado cerrará este año con pérdidas en su valor residual de entre 5.100 y 6.800 millones de euros. En esta misma línea se manejan los datos de ACEA, la asociación europea de fabricantes de automóviles, y de Anfac (la asociación española), que estiman una caída de entre el 30 y el 35%. En los ocho primeros meses del año, el descenso de las ventas europeas se ha colocado en una media del 32%, una cifra que en España ha llegado al 40,6%. Preocupante, sobre todo viendo que en plena crisis se llegó al récord de caída del 54,2% entre los meses de enero y mayo (niveles del peor escenario, en el año 2013).