La pandemia y el confinamiento han propiciado un significativo aumento del ahorro de los europeos. Estar más tiempo en casa y la continua sensación de incertidumbre son algunos de los motivos que han provocado que empresas y hogares europeos hayan gastado menos dinero en los últimos meses.

Y es que la idea de guardar para hacer frente a tiempos difíciles retumba en las cabezas de muchas personas en esta situación. Según afirman los datos del Banco Central Europeo, los ahorros depositados en las entidades bancarias de 19 países de la Eurozona están creciendo considerablemente, hasta el punto de que los depósitos bancarios de los países europeos superaron en el mes de julio los doce billones de euros por primera vez en la historia.

Esto supone un enorme golpe a la economía, y repercute en el agravamiento de la situación de máxima incertidumbre. La pandemia de coronavirus ha cambiado la forma de relacionarse, de vivir y de trabajar, pero también ha provocado un drástico efecto en el comportamiento de los europeos con respecto a su bolsillo.

Motivos que han disparado el ahorro de los europeos

En primer lugar destacamos la reducción del gasto en todo tipo de establecimientos, desde restaurantes y cines hasta bares, teatros, centros comerciales, etcétera. Esto fue debido a las medidas de confinamiento llevadas a cabo por los gobiernos de los diferentes países.

Con el levantamiento del confinamiento, los europeos volvieron a las calles para gastar dinero en gastronomía y ocio; sin embargo, el volumen de gastos fue mucho menor que en el año anterior. Además se han visto reducidos los viajes vacacionales, y por lo tanto, se ha ahorrado más en período estival.

Entre los motivos por los que, tras el confinamiento, se han reducido los gastos en las familias, se encuentra el temor a perder el empleo. En efecto, la tasa de desempleo actual explica gran parte del aumento del ahorro de los hogares, pero también lo explica la tasa de desempleo esperada. Y es que se estima que esta aumente en los próximos meses, por lo que muchas personas tienen miedo a perder su trabajo y, anticipándolo, derrochan menos.

Sin embargo, aunque el paro es actualmente es un motivo fundamental, existe una reducción del consumo debido a que los hogares han dejado de realizar actividades de ocio que anteriormente llevaban a cabo. Ahora la gente decide pasar más tiempo en casa, y esto deriva en un empeoramiento de la situación económica, porque hace que los negocios tengan que paralizar su actividad, de forma temporal e incluso permanente.

En España ha sucedido lo mismo: se estima que, hasta julio, las familias españolas tenían en depósitos bancarios setecientos cincuenta y cinco mil millones, un 13,5 % más que el pasado año. Cabe destacar también el hecho de que, según un estudio realizado por la app financiera Fintonic, los ingresos del 25 % de los españoles han disminuido más de un 10 % desde el pasado mes de abril. Esto indica que la aplicación de muchos ERTE ha afectado de forma directa al gasto de las familias.

Por último, hay que mencionar que las ayudas y subsidios aportados por los gobiernos desde el inicio de la pandemia han propiciado un aumento de la circulación de dinero en el sistema, pero no ha sido suficiente para incrementar el consumo. Asimismo, los tipos de interés se mantienen en tasas muy bajas para prevenir que la crisis se agrave aún más.

Todos estos factores han permitido a miles de personas incrementar su nivel de ahorro. Pero, a la vez, esta disminución del consumo es la que puede acabar provocando la gran pérdida de empleos pronosticada, convirtiéndose esta en una profecía autocumplida.

¿Quiénes han podido ahorrar más?

Aquellos que durante los meses de confinamiento han continuado con su jornada laboral son los que han podido ahorrar con mayor facilidad. Y es que sus ingresos familiares no se paralizaban, pero sí lo hacían muchos de sus gastos habituales, como, por ejemplo, ir al cine, cenar en un restaurante, comprar ropa, y un largo etcétera. También había gastos muy habituales, como el transporte, que se vieron reducidos o incluso eliminados.

Sin embargo, aquellos que han sufrido un ERTE o están en situación de desempleo tienen mucho más complicado ahorrar. Muchas personas han vivido también retrasos en el cobro de sus prestaciones, viéndose obligadas a recurrir a sus ahorros para sobrevivir durante este periodo.

En cuanto a los bancos, tal y como indica el BCE, se ha observado un descenso en los mercados bursátiles y en los valores de los fondos de inversión. También se ha visto una inflación próxima al 0 %, pero en ningún caso una pérdida del valor del dinero.

Así pues, y aunque durante el confinamiento las familias europeas hayan decidido guardar parte de sus ingresos, es necesario incidir en la necesidad de activar la economía de todos los países a través del consumo. Solo así se evitarán nefastas consecuencias económicas a nivel mundial.