El comité de empresa de Alcoa San Cibrao teme que el Gobierno central y la Xunta "no cumplan" con la intervención de la fábrica de Cervo (Lugo) y "dejen tirados" a más de un millar de personas que desempeñan su trabajo entre las plantas de aluminio y alúmina.

Entre gritos de "¡A Mariña sálvase loitando!" y "¡Se non hai solución, goberno dimisión!", empleados de la factoría escenificaron ayer en Burela la cola que se produciría ante las oficinas de empleo si la compañía hace efectivo el expediente de regulación de empleo (ERE) que pretende ejecutar para 524 trabajadores de la planta de aluminio. La fila de los trabajadores alcanzó el medio kilómetro de longitud.

En cualquier caso, según los representantes de los trabajadores, de materializarse el ERE, el despido se acabaría extendiendo a la plantilla de la alúmina, de ahí los más de 1.000 puestos de trabajo directos que aseguran que están en juego. "Las consecuencias serían dramáticas, volveríamos al año 1970 y aquí no habría forma de buscarse la vida. Tendríamos que emigrar todos y tal y como está la Covid ahora mismo, ¿a dónde vamos a ir?", se preguntó el presidente del comité, José Antonio Zan, quien recordó que el Congreso y el Parlamento gallego pidieron la intervención.