El Gobierno está dispuesto a reducir las deducciones de los planes de pensiones individuales de un máximo de 8.000 euros al año a 2.000 euros. En el caso de los planes colectivos, la deducción anual aumentaría de los 8.000 euros actuales a los 10.000. Estas medidas diseñadas por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, pretenden reforzar el atractivo fiscal de los planes de empleo, los que ofrecen algunas empresas. Según estos datos, avanzados por El País y confirmados por este periódico, el modelo que se quiere adoptar para los nuevos planes de empleo es el de las entidades de previsión social voluntaria (EPSV) que rige en el País Vasco, donde se ha logrado que más de la mitad de los trabajadores tengan de acuerdo con su empresa un sistema complementario para la jubilación.

El Ejecutivo pretende reducir a partir del próximo año las deducciones fiscales que los contribuyentes se aplican en el IRPF por las aportaciones a los planes de pensiones privados individuales, factor determinante para la implantación de este tipo de productos financieros. Por el contrario, se pretende aumentar la ayuda fiscal a los planes de empleo colectivos como instrumento para complementar las pensiones.

Desde el punto de vista de los contribuyentes, los planes de empleo solo son atractivos tras una larga vida laboral, ya que en caso contrario la renta percibida con tipos de interés bajos es modesta. De ahí la importancia de su tratamiento fiscal. El Gobierno admite que las deducciones fiscales no son eficaces para generar ahorro a largo plazo, que por otra parte ya está aumentando en los últimos meses como consecuencia de los efectos colaterales de la pandemia, que tiende a acentuar la reducción del consumo, elemento básico para la recuperación económica.

El Gobierno prevé aprobar la medida en el Consejo de Ministros de este martes, al que también llevará los Presupuestos Generales del Estado para el 2021.

Los estudios de la autoridad independiente fiscal Airef apuntan a que el actual esquema fiscal de incentivos a planes de pensiones favorece a las rentas más altas, ya que el 70% del beneficio fiscal se concentra en un 10% de los contribuyentes.