Estas Navidades se cumplirá un año desde que Ferroatlántica decidió parar uno de los tres hornos en los que produce silicio metal en Sabón. La compañía atribuyó la decisión al elevado coste de la electricidad (como electrointensiva, necesita gran cantidad de energía para producir), agravado por el drástico recorte de las ayudas que recibió entonces en la subasta de interrumpibilidad. Según confirma el comité de empresa, aunque el nivel de actividad de cada horno es variable, la producción se ha mantenido estable a lo largo de este año. La representación sindical confía en que así sea también en 2021 y mantener de esta forma los 122 puestos de trabajo actuales. Además de la tarifa eléctrica, Ferroatlántica Sabón sufrió el palo de la crisis de Alcoa, dado que su principal cliente era la factoría de la multinacional aluminera en Avilés. Al igual que la planta de A Coruña, la asturiana paró las electrólisis en febrero de 2019 como operación previa a la venta y no ha vuelto a producir aluminio primario (para el que utilizaba el silicio metal) ya que Alu Ibérica -la actual sociedad- lo considera inviable por el alto precio del megavatio.