Susana Soneira preside Colegio Oficial de Graduados Sociales de A Coruña y Ourense y representa a un colectivo profesional que según sus cálculos gestiona el 80% de las pequeña y mediana empresa en Galicia. Asegura que estos asesores en materia socio-laboral no han parado de trabajar desde el estado de alarma de marzo y que lo peor es que la situación se está prolongando más de lo previsto, lo que tiene a muchas empresas y también algunas gestorías con el agua a cuello.

Nuevas restricciones y cierres forzosos... A ustedes no les faltará trabajo estos días.

Nuestra carga de trabajo desde que se declaró el estado de alarma en marzo no ha dado tregua. Estamos totalmente sobrepasados y además muy preocupados. Ya han pasado nueve meses. Pensábamos que esto iba a ser una situación de tres o cuatro meses y mira a dónde hemos llegado. El futuro es totalmente incierto. Yo no veo una luz. Estamos todavía en ese hoyo.

La mayor parte de la hostelería en Galicia no tiene más opción que cerrar y volver al ERTE. ¿Qué clima perciben en sus despachos?

La hostelería se manifestó el lunes pasado en A Coruña de forma legítima. Lo están pasando francamente mal. Es la hostelería, es el comercio, las agencias de transportes, las agencias de viajes... los negocios en general. También las gestorías, pero nosotros aunque queramos cerrar la puerta no podemos hacerlo por solidaridad. Los graduados sociales somos los que llevamos al 80% de las pymes. El Gobierno y la Xunta están haciendo una gran labor pero aún así se está legislando a salto de mata y eso nos está perjudicando. Llega un momento en que no sabes cómo actuar. Hay compañeros que llevan años asesorando a empresas y están sufriendo problemas de salud: anginas de pecho, ansiedad, depresiones...

Habla de cerrar gestorías. ¿Están teniendo problemas de impagos?

Si una empresa no puede abrir, no puede ejercer su actividad y aunque tenga un ERTE o alguna ayuda tiene que seguir pagando gastos como el alquiler, la luz, el agua... Hay empresas que no nos pueden pagar. Además nosotros somos sus personas de confianza, casi actuamos de psicólogos, y tenemos que darles las máximas facilidades para que puedan pagar nuestros servicios. Verdaderamente hay empresas que no tienen capacidad para pagar y no ven cómo salir de ahí. Después, la financiación del ICO por ejemplo es para proyectos de más enjundia, no pueden destinarla a gastos corrientes. Los graduados sociales creemos en la justicia social y la solidaridad. Está en nuestro escudo. Hay que hacer tremendos esfuerzos. Hay compañeros pensando en cerrar.