El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, avisó ayer de que el crecimiento de la economía de la eurozona volverá a ser negativo en el cuarto trimestre por las nuevas restricciones impuestas por los Gobiernos en las últimas semanas para hacer frente a la nueva oleada de la pandemia.

Así lo admitió De Guindos en Antena 3 tras considerar "adecuada" la previsión anticipada el jueves por la Comisión Europea, que incluye una caída del PIB de la zona euro del 0,1% en el cuarto trimestre, a pesar del sorprendente repunte del 10% registrado en el tercero. "Es una proyección adecuada, yo diría incluso que prudente. El crecimiento va a ser negativo otra vez", como lo fue en la primera mitad del año, anticipó De Guindos.

La semana pasada, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya dio por seguro que el crecimiento del cuarto trimestre frente al tercero será inferior al 3,1% previsto hace meses por el BCE, e incluso no descartó que pueda llegar a ser negativo.

La Comisión Europea rebajó el jueves sus previsiones de crecimiento para el 2020 y el 2021 como consecuencia de los nuevos rebrotes del virus.

Crecimiento gradual

En el caso de España, las previsiones de otoño elevan al 12,4% la caída del PIB prevista para este año (frente al -9,4% previsto en la primavera), con un crecimiento del PIB del 5,4% en el 2021 (frente al 7% previsto en mayo). Para el cuarto trimestre de ese año, la CE prevé un retroceso del 0,2% en la economía española. Bruselas prevé un cuarto trimestre negativo para diez de los 19 países de la eurozona, si bien adelanta que el crecimiento volverá de forma gradual a partir del primer trimestre del 2021 para el conjunto de la UEM.

Los datos que forman parte del informe de otoño de la Comisión Europea fueron recopilados hasta el 22 de octubre. Por eso, en el caso de España, no recogen el sorprendente repunte que obtuvo la economía en el tercer trimestre (del 16,7%%).

El banquero destacó la importancia del acuerdo de nivel comunitario para poner a disposición de los países un fondo de 750.000 millones, ya que pone de manifiesto una voluntad política en la UE.