Cuando se inició el desarrollo de la energía eólica en esta comunidad, a mediados de los noventa, varias empresas del sector se unieron y fundaron en 1997 la Asociación Eólica de Galicia (EGA) para promover su implantación y "defender los intereses de las compañías asociadas" además de "difundir las bondades" de esta actividad. Grandes sociedades como Endesa, Capital Energy Greenalia, Iberdrola o EDP, conforman esta entidad que ha informado de que al acabar este año 2020 habrá en Galicia 186 parques eólicos construidos (ahora son 180) y 3.922 megavatios instalados (actualmente, con los que están en trámite, ya suman más de 4.000).

EGA afirma que en 2019 la producción eólica en Galicia llegó a los 8.698 GWH, equivalentes al 47% de la demanda eléctrica en Galicia, comunidad que genera el 16% de esta energía del total de España. Su-braya que en 2019 los propietarios de terrenos afectados por estas infraestructuras recibieron 11 millones en rentas anuales y los concellos, Xunta y Estado un total de 118,2 millones de euros, pagados por las empresas eólicas en impuestos y tributos anuales (IAE, IBI). También apuntan que con la energía eólica, que es el 0,9% del PIB gallego, se evita emitir a la atmósfera 8,4 millones de toneladas de dióxido de carbono.

El listado de la EGA muestra la evolución de este negocio: en 1998 había ocho parques eólicos en Galicia con una potencia total instalada de 188 megavatios y al acabar este año 2020 habrá 186 construidos con más de 4.000 megavatios.

Rentas para los propietarios de terrenos con parques eólicos, ingresos para las arcas municipales en forma de impuestos y subvenciones desde el Fondo de Compensación Ambiental derivados del canon eólico , son algunas de las bondades que se destacan asociadas a las instalaciones eólicas. El Fondo de Compensación en la convocatoria de este año 2020 según anunció la Xunta implica el reparto de once millones de euros. Este dinero tiene que ser para fines ambientales, restauración, conservación, pero su objeto al final es tan amplio que muchas partidas terminan siendo para compra de vehículos (ecológicos), poner farolas LED, saneamiento.

El Observatorio Eólico de Galicia (iniciativa de la Universidade de Vigo y las Fundaciones Juana de Vega e Isla Couto) publicó en diciembre de 2019 un informe en el que alertaba de la necesidad de modificar la normativa eólica, tras la transformación también los parques en los últimos años. Subrayaba sobre todo la necesidad de cambiar el canon eólico para lograr mayor "dosis de justicia energética" y encaminarse a un modelo eólico "que mejore la calidad de vida en el rural", tal y como destacó el director del Observatorio, el profesor de la Universidade de Vigo Xabier Simón.

Simón incidía en que hay que modificar el canon eólico para que se cobre por potencia instalada y no por número de aerogeneradores. sobre todo porque los actuales molinos son muchísimo más potentes y por eso se instalan menos (de los tres y cuatro megavatios de media a los seis que se están proyectando).

Alertaba también de que en 2017 los concellos y los vecinos afectados por estos parques cobraron 28 millones de euros, que solo representó "el 5% de la factura total por la venta de energía eólica" de ese año, razón por la que apuesta por aumentar los alquileres que pagan estas sociedades y por una "mayor participación de los afectados" en los distintos procesos de puesta en marcha de estos negocios del viento. El mes pasado este Observatorio propuesto incluso un modelo tipo de contrato eólico.

"Las rentas que pagan son muy pequeñas, no te compensa, salvo que no le saques otro provecho al terreno. Antes aún ibas allí a cortar el tojo. Pero para lo que dan, no compensa" señala Manuel Cancela, vecino de Mens afectado por el parque eólico de Malpica, a poca distancia del faro de punta Nariga, que no quiere precisar el precio que percibe. Este parque fue uno de los primeros y tras dos décadas en 2017 se repotenció, se pasó de los 69 a los 7 aerogeneradores que producen ahora 66 gigavatios al año, equivalente a la energía de 19.000 hogares en un año. La velocidad del viento aquí es de 8,9 metros por segundo. Con la repotenciación, terrenos expropiados en su día se desafectaron y se afectaron otros, ya con acuerdos con los dueños. Cobran por ocupación de pleno dominio o temporal, servidumbre de paso o de vuelo.