Una ardilla podrá recorrer toda Galicia de aerogenerador en aerogenerador sin tocar el suelo si continúa la actual progresión de proyectos eólicos en este territorio: están en trámite 74 solo desde finales de 2019 hasta hace dos semanas, unos a través de la Xunta y los de mayor potencia (más de 50 megavatios) a través del Gobierno central, de la Dirección General de Política Energética y Minas. Parafrasear esta vieja leyenda de la antigua frondosidad de los bosques de España puede parecer exagerado hasta que se comprueba el listado de iniciativas en marcha en la comunidad gallega, que debido a sus "frentes atlánticos" reúne unas condiciones idóneas para este negocio que han hecho que entren compañías de otros países, como la portuguesa EDP y ahora el gobierno noruego.

"El 48% del territorio gallego dispondría de un recurso eólico aprovechable a ochenta metros de altura", el doble que la media española según el Atlas Eólico de España 2011-2020 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae). También según este estudio, Galicia duplica la media española en cuanto a la velocidad anual del viento. El pasado mes de octubre entraron en trámite ambiental, solo en la Xunta, tres proyectos eólicos, y en septiembre se tramitaron cuatro.

El último parque eólico que acaba de entrar en la tramitación ambiental del ministerio el pasado 15 de octubre, Rebordechao, tiene un tamaño colosal: 28 aerogeneradores con una potencia total de 154 megavatios que ocuparán diez ayuntamientos (Nogueira de Ramuín, Xunqueira de Espadanedo, Montederramo, Maceda, Vilar do Barrio, Laza, Castrelo do Val, Verín, Montederrei y Cualedro) en Ourense. Está promovido por Desarrollos Renovables Iberia Beta, una de las filiales de la compañía estatal energética de Noruega Statkfraft, que desembarca en Galicia con unos de los más potentes aerogeneradores, de 5,5 megavatios cada uno (ya están en trámite otros aún más potentes, de 6 megavatios).

La gran mayoría de estos parques eólicos en trámite están promovidos por Green Capital Power (de la matriz Capital Energy), liderada por Jesús Martínez Buezas, exyerno del conocido empresario y presidente del Real Madrid Florentino Pérez. La gallega Greenalia y la multinacional Iberdrola además de la lusa EDP son las otras dos principales impulsoras de este segundo boom del negocio eólico en la comunidad gallega. Estos 74 proyectos en marcha supondrían superar ya los 4.000 megavatios instalados en Galicia. En el ministerio se están tramitando ahora, en consultas previas, 28 proyectos para Galicia solo en lo que va de este año 2020 (Berdoias, Prada, Gondre, Roidiz, Taboada, Monzón, Huracán, Alto dos Carrís, Orzar, Tornado, Borrasca, Levante, Nordés o Ventisca, son algunos de sus nombres). Una explosión sin precedentes que ni el confinamiento ni las restricciones sanitarias han frenado.

La Consellería de Economía, Empresa e Innovación es el órgano competente para "admitir a trámite un proyecto de parque eólico tras comprobar que cumple con la normativa sectorial de aplicación" y después lo remite al órgano ambiental. Tras ser preguntado por esta fiebre eólica, el impacto en el paisaje y las críticas a una posible fragmentación de parques para agilizarlos, desde este departamento afirmaron que el posible impacto ambiental y paisajístico de los nuevos parques "se analiza siempre de forma pormenorizada, exhaustiva y con el máximo rigor antes de que el órgano ambiental emita su resolución", y los que tienen autorización cuentan con "informe favorable".

Las denuncias de fragmentación de parques para agilizar su tramitación se han realizado desde distintos colectivos de afectados tras ver que en los propios proyectos de exposición pública se indicaba que había otro parque a poca distancia: el de Boura de Greenalia está a 0,6kilómetros de otra instalación eólica; el de Mistral, a menos de dos kilómetros de otro parque; el de Tramontana, a menos de dos también.

Es difícil tener una visión de conjunto de la situación actual de la instalación eólica en Galicia porque los proyectos se conocen cuando se inicia el trámite ambiental y se insertan en las web de Xunta y ministerio para la exposición pública, pero luego se retiran. Sí se cuenta con un registro oficial respecto a los más potentes, de más de cincuenta megavatios, gracias a la pregunta que realizó en el Senado Carles Mulet de Compromís, que obligó al Gobierno central a emitir una respuesta por escrito el pasado 2 de junio en la que detalla todos los planes de energías renovables en trámite en España hasta esa fecha. En este listado figura un monumental parque denominado A Boibela en Lugo promovido por Green Capital (del grupo Capital Energy) con 541 megavatios, lo que sería el mayor de España. La compañía ha confirmado que se trata de una "errata" y en realidad este parque solo tendrá 54MW de potencia.

El municipio de Muras (Lugo) tiene 642 habitantes y 381 aerogenadores. Es el concello de Galicia con más parques eólicos, veinte, y con más experiencia tras empezar a finales de los noventa con este tipo de instalaciones energéticas.

"La riqueza que generan es bastante escasa Puestos de trabajo puedo contarlos con una mano, tampoco actividades asociadas a la eólica. No discuto que Galicia sea una potencia eólica pero esa riqueza tiene que ser repartida, los que están en el territorio sufren las consecuencias pero no los beneficios. Lo que reciben los vecinos en comparación con lo que genera cada molino es insignificante", dice el alcalde de Muras, Manuel Requeijo. El Concello sacó hace unas semanas una convocatoria de ayudas para el pago de la factura, de hasta 600 euros al año por unidad de convivencia y 1.500 euros para autónomos y pymes.

Greenalia, compañía gallega con sede central en la coruñesa plaza de María Pita, es una de las grandes promotoras eólicas, con una veintena de proyectos en marcha.

Responsables de la compañía destacan que Galicia es la "principal potencia en recurso eólico de la península" por lo que es "lógico y razonable tener un objetivo ambicioso en megavatios instalados" en esta comunidad, y hoy aún se "está lejos del potencial al que podría llegar". Respecto al impacto de tantos complejos eólicos, Greenalia señala que "como cualquier otra actividad cuenta con una legislación vigente en materia ambiental que vela por la protección del entorno" y recalca que la política de la compañía "busca el máximo consenso y equilibrio con el entorno".

Greenalia también indica que hay que tener en cuenta la "riqueza que aportan estos proyectos" a través de impuestos de los concellos, rentas a los propietarios de los terrenos afectados por estas infraestructuras, terrenos muchas veces improductivos y "sin aprovechamiento", además del "empleo generado" tanto en su construcción como en su funcionamiento. El fundador de Greenalia, Manuel García Pardo, entró en la revista Forbes este año como uno de los cien españoles más ricos.

El presidente de la Asociación Eólica de Galicia ha asegurado que la mayoría de suelos para parques eólicos no se expropian, sino que el 90% es mediante acuerdo con los propietarios, un alquiler o contrato de compraventa. Según el Observatorio Eólico, las empresas pueden pagar por porcentaje de la producción eléctrica (una media de un 1,5% los primeros años y un 4% los siguientes); por superficie ocupada (de 0,03 a 0,61 euros el metro cuadrado anual); o por potencia instalada (unos 3.000 euros por megavatio). El colectivo Ventonoso que agrupa a afectados por los eólicos afirma que las rentas son "menos del 1%" de los ingresos que generan los parques.