Todos los proyectos eólicos, en la fase de trámite ambiental, se envían para consulta a dos entidades de protección de la Naturaleza como mínimo, la Sociedade Ornitolóxica de Galicia (SGO) y Adega. Pero son entidades con voluntarios que tienen sus profesiones y estudiar tal volumen de proyectos con su documentación y planos es totalmente inasumible. Por eso la mayoría terminan sin respuesta en la fase de consultas. "Somos conscientes de esta oleada de proyectos y hay preocupación. La SGO está a favor de las energías limpias, renovables, pero el gran problema es el modelo megaindustrializado y súper intensivo en los montes", explica Sergio París, secretario de SGO.

"La eólica es una energía con una elevada mortalidad de la avifauna y de los murciélagos, los que fallecen por colisión y los que lo hacen por trauma de presión a causa de la velocidad de las palas. Los aerogeneradores de ahora son mucho más potentes y no se tiene en cuenta. También se ven afectadas rapaces, aves planeadoras de vuelo lento No hay un inventario real de esta mortalidad de aves y la Xunta no hace seguimiento. No se están tomando medidas en zonas sensibles como la Serra do Xistral por ejemplo".

París añade: "Tampoco se analiza el efecto en la alteración de los hábitats. Estos parques suponen construir pistas, centros de transformación. Alteran hábitats de animales vulnerables como el aguilucho cenizo, por ejemplo, desaparecen hábitats de cría. Estamos asistiendo a una transformación del paisaje brutal, combinada con una plantación intensiva de eucaliptos, explotaciones megamineras. Energía renovable sí pero el que paga el pato siempre es el mismo".

Los parques eólicos, como apunta París, no solo suponen instalar molinos de hasta 130 metros de altura en las zonas más altas y por lo tanto más visibles del paisaje gallego. También implica otra serie de actuaciones que suponen expropiaciones (cuando no hay acuerdo con los propietarios). Hay que construir un entramado de pistas para intercomunicar los aerogeneradores, realizar accesos, abrir zanjas para canalizaciones , instalar postes y cables para evacuar la energía producida y ejecutar edificios, una subestación y un edificio de control.

Este periódico intentó contactar con Adega por teléfono y a través de mensajes durante varios días a lo largo de dos semanas, sin recibir respuesta.