A uno de cada tres millennials le gustaría jubilarse "tan pronto como pueda", según la novena encuesta anual del Instituto BBVA Pensiones que este año se centra en esta generación de jóvenes nacidos entre 1978 y 1999. Los 63 años es la edad media elegida por los 3.000 encuestados de la muestra para dejar de trabajar, aunque el 48% de los millennials reconocen que todavía no han pensado en la edad a la que les gustaría jubilarse.

No obstante, la mitad de esta población no confía en recibir una pensión pública. Solo el 53% cree que la recibirá cuando se jubile, mientras el 47% piensa que no será así. Según la socióloga Elisa Chuliá, miembro del foro de expertos de esta institución de análisis creada por la entidad financiera y encargada de presentar la encuesta ayer, a pesar de esta baja confianza, algo menos del 17% de la población millennial dice ahorrar cara a su jubilación.

El desconocimiento sobre las pensiones es elevado en los millennials, a juicio de Chuliá. Prueba de ello es que el 61% cree que el sistema de pensiones devuelve menos que lo cotizado a la Seguridad Social durante los años de trabajo. En la encuesta a la generación de baby oseras, esta creencia la tenía el 72% del total. Con todo, el 68% de los millennials dicen ser conscientes de que el déficit de la Seguridad Social se agravará en los próximos años. "Quizá porque hay conciencia de que hay déficit, tres cuartas partes de los entrevistados dicen que el sistema necesita una reforma", apunta Chuliá. No obstante, un 20% de los encuestados carecen de opinión al respecto.

Ahorro y confinamiento

Más allá de las pensiones, la encuesta revela que el 35% destina parte de sus ingresos de cada mes a un producto de ahorro. No obstante, más de la mitad de los millennials aseguran que el confinamiento ha sido un periodo de ahorro y casi un 80% dice que ha conseguido ahorrar más que antes del encierro. Pero como todo tiene un fin, con el final de las restricciones, el ahorro se redujo al 41% de los encuestados.

La mitad dice que la pandemia le ha hecho cambiar el comportamiento de ahorro; que merece la pena gastar menos y ahorrar más. Una tendencia especialmente comprobada entre las mujeres y los más jóvenes, de entre 21 y 31 años, porque quizá "el otro grupo ya tiene obligaciones familiares", indica Chuliá.