Justo un año después de su último Expediente de Regulación de Empleo (ERE), el Banco Santander comunicó ayer a los sindicatos la salida de 4.000 empleados en España, cerca del 13% de la plantilla, y la intención de reubicar a 1.090 trabajadores más en sociedades del grupo. La intención es que el ajuste se materialice principalmente mediante prejubilaciones, ya que el gigante financiero español cuenta con unos 4.000 empleados con más de 55 años, y bajas incentivadas. Para las reubicaciones jugará un papel clave Santander Personal, división que atiende de forma remota a clientes a través de gestores.

El banco justifica este nuevo plan de ajuste, que llevará aparejado el cierre de unas 1.000 sucursales en España, casi un tercio del total de la red (3.100), por causas económicas y organizativas, tras constatar que la pandemia ha acelerado la relación con los clientes por vías digitales.

En Galicia, uno de los territorios en los que tiene mayor cuota tras integrar el Popular y su vieja filial el Pastor, contaba con 269 sucursales a finales de 2019, según el anuario de la patronal bancaria AEB, y algo menos de 2.000 trabajadores tras la salida de 269 en el otro ERE.

La previsión de la entidad que preside Patricia Botín es que el uso canales digitales se multiplique tanto en transaccionalidad como en ventas en los próximos dos o tres años, según la información compartida en reuniones previas con los sindicatos recogida por Efe y Europa Press. Casi la mitad de las ventas se realizan por canales en internet, una tendencia que la crisis del coronavirus está acelerando: el número de personas que acude a las oficinas se ha reducido "drásticamente" y la operativa en oficina cae a tasas anuales de entre el 7% y el 8 %.

Además de medidas de flexibilidad interna, Santander ofreció ya un plan de recolocación externa encargado a la consultora Lee Hecht Harrison para encontrar un nuevo empleo fuera del grupo a todo aquel que se acoja al ERE y quiera seguir trabajando. En el de 2016, que afectó al centro corporativo, se encontró una salida para el 100% de los trabajadores; en el recorte de empleo de 2018, que se aplicó en los servicios centrales, para el 98%; y en 2019, cuando salieron más de 3.200 en el ERE, el 73%.

El martes se constituye la mesa formal del ERE. CCOO, sindicato mayoritario, reclama medidas de flexibilidad interna que permitan reducir el número de afectados del ERE, con recolocación en Santander Personal o en sociedad del grupo si se recuperan actividades externalizadas, u ofreciendo medidas de movilidad geográfica.