Bien sea por una táctica de negociación o por albergar genuinas dudas sobre la operación, el BBVA se esforzó ayer por bajar el suflé de su posible fusión con el Sabadell. Su consejero delegado, Onur Genç, advirtió de que su entidad no se siente "forzada a hacer nada" ni "tiene prisa" por cerrar un acuerdo, ya que la posible integración compite con otras alternativas que estudia el grupo como realizar una recompra de acciones relevante (lo que beneficia al accionista al aumentar el valor del resto de títulos), invertir en crecimiento por sus propios medios en sus mercados principales, y elevar ligeramente su objetivo de capital. "Pensamos que el Sabadell es un gran banco. Pensamos que tenemos la obligación de analizar la oportunidad. Pensamos que tenemos que tomarnos nuestro tiempo porque tenemos que hacer nuestro trabajo bien y tenemos que examinar esta oportunidad en el contexto de las muchas opciones que tenemos para aprovechar la flexibilidad con que contamos. Así que tenemos que darle cierto tiempo, el tiempo oportuno, para que podamos llegar a la conclusión adecuada", anunció en unas jornadas financieras de Deloitte y ABC.

Conversaciones

El BBVA se vio obligado el pasado lunes a reconocer las conversaciones con el Sabadell después de que se produjera una filtración a El Confidencial. El anuncio disparó la cotización del Sabadell, pero ayer sus acciones cayeron más de un 4% en bolsa. El mensaje de Genç fue todo menos una casualidad: en lugar de rehuir el asunto o dar una vaga respuesta protocolaria, como es habitual en este tipo de procesos, el banquero argumentó largamente que la operación no se debe dar por segura.

Con todo, fuentes financieras apuntan que esas declaraciones se producen en un contexto en el que tienen lugar las negociaciones entre los directivos de las dos entidades. Esas negociaciones se prolongarán por espacio de dos o tres semanas -"más bien tres que dos", matizan-, y están en el comienzo, por lo que es normal que el mensaje público que se quiera transmitir es el de que el posible acuerdo está sujeto al planteamiento de que el resultado depende de que se aporte valor para los accionistas de las dos entidades.