La Inspección de Trabajo estrecha el cerco contra el empleo de falsos autónomos en las plataformas digitales de reparto. Y Uber Eats no ha sido ajena a las actuaciones de la policía laboral. La multinacional adeuda a la Seguridad Social 817.439 euros por operar con 1.427 repartidores en situación fraudulenta en dos ciudades de España, según la información a la que ha tenido acceso este diario y confirmó la propia compañía. Las actuaciones se produjeron en el 2019 en las ciudades de Barcelona y Madrid, tras denuncias de sindicatos y trabajadores afectados, y la compañía presentó recurso sobre las mismas ante los tribunales. Las actuaciones de la Inspección llegan a las puertas de una nueva legislación laboral sobre el trabajo en plataformas que ultima el Ministerio de Trabajo con patronal y sindicatos.

Uber Eats, sobre la que hasta ahora no habían trascendido inspecciones, se suma así a compañías del sector como Glovo, Deliveroo o Amazon que entre todas suman más de 23 millones de euros adeudados al erario por emplear a más de 17.500 falsos autónomos en las principales ciudades de toda España La policía laboral considera que los riders de Uber Eats deberían ser asalariados, por lo que la compañía debería asumir un mayor coste social y por ello le reclama cotizaciones atrasadas. Estas suman, de momento, 817.439 euros y están pendientes de ratificarse judicialmente.

Fuentes consultadas de Uber Eats reafirman la confianza en su modelo empresarial y consideran que sus repartidores no operan como falsos autónomos. "Colaboramos con la inspección de Trabajo para clarificar todos los aspectos de nuestro modelo en España. Uber Eats no establece turnos de trabajo u horas mínimas de conexión, ni tampoco exige exclusividad de ningún tipo. Los repartidores trabajan donde y cuando quieren, y para dejar de hacerlo solo tienen que apagar su aplicación", afirma un portavoz de la compañía. Este último punto, el de la ausencia de reserva previa de unas franjas horarias, que la empresa puede denegar, es la principal diferencia respecto a Glovo o Deliveroo.

El modelo laboral de Uber Eats tiene sus particularidades y los jueces deberán ratificar la decisión de los inspectores de Trabajo, que tienen presunción de veracidad. No obstante, en todas las inspecciones realizadas hasta la fecha en las distintas plataformas y en gran parte de la jurisprudencia disponible, el peso del algoritmo en la asignación de pedidos y en la organización del trabajo es un elemento central para argumentar la laboralidad de la relación. Es decir, el repartidor no tiene ninguna influencia ni poder de decisión sobre el algoritmo y ello le veta la autonomía, según argumentan jueces e inspectores.