Tres años de desgobierno, hipotecada, con una devolución pendiente de más de medio millón de euros a la Xunta -por el uso irregular de fondos del Plan Pexga- y con una evidente pérdida de voz entre los agentes sociales de Galicia. Es lo que ha quedado de esta última travesía en el desierto de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), que hoy proclamará a su nuevo presidente tras una descafeinada campaña electoral. El ourensano José Manuel Díaz Barreiros, según múltiples fuentes consultadas, se convertirá "salvo sorpresa" en el sucesor de Antón Arias Díaz-Eimil, dimitido en enero de 2018. Su contendiente es el vigués Pedro Rey Vera, avalado, dada la falta de un candidato de consenso, por la patronal de Pontevedra. Sobre el papel, la aspiración de la CEG es de mostrar una unidad que no ha existido en todo el proceso, por más que los aspirantes rubricaran el viernes una especie de pacto de caballeros para acatar el resultado, sea cual sea.

Aunque los 178 vocales no podrán votar en contra de ninguno de los candidatos -es la primera vez que pasa, el propio Antón Arias se convirtió en patrón de la CEG con 100 votos a favor y 64 en contra-, la organización no dejará de ser un reino de taifas, como destacan todos los empresarios consultados. "La única manera de mostrar nuestra disconformidad será con el voto en blanco, supongo que no les servirá la abstención para apreciarlo", expone un miembro de la asamblea. Según ha explicado la CEG a sus integrantes con derecho a voto, es el "sistema informático" el que invalida los sufragios negativos.

La jornada electoral fue programada para realizarse de modo telemático, dadas las restricciones impuestas por el Covid-19, aunque en la última junta directiva se validó un "modelo mixto". Esto es, los vocales tuvieron hasta las 19.00 horas de ayer para votar de forma digital, pero hoy podrán hacer lo propio en persona. Incluso con las criticadas delegaciones de voto. "Podrán ir con todo el cargamento, como han hecho otras veces", lamenta uno de ellos. Los estatutos permiten que los presidentes provinciales, por ejemplo, acudan hoy a Santiago con 40 sufragios delegados, que son todos con los que cuenta la confederación de A Coruña, o con los 30 de Ourense.