El compromiso de apoyo mutuo que se dieron Pedro Rey Vera y José Manuel Díaz Barreiros antes de la última batalla por la presidencia de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) fuera quien fuera el ganador se materializó antes incluso de abrir las urnas. Con 47 votos telemáticos emitidos ya a través de un nuevo sistema habilitado, y pagado, para la ocasión por las limitaciones de aforo a causa del coronavirus y a cinco minutos solo de que la asamblea completase el proceso con los votos de los miembros presenciales, Rey se retiró y Díaz Barreiros fue nombrado presidente por aclamación. "Mea culpa", asumió el nuevo líder de los empresarios gallegos en su comparecencia ante los medios de comunicación, que no escondió la existencia de "tensiones" en la organización por "un problema de representatividad de las organizaciones sectoriales". Que están muy molestas con las formas, con el paso atrás inesperado y en el último momento del propietario del Grupo CIP y vocal en la CEG en nombre de la delegación autonómica de la Confederación Española de Empresas de Formación (Cecap-Galicia), precisamente una sectorial.

Lejos de limar los duros e históricos enfrentamientos y sellar sin heridas los tres últimos años de interinidad, lo ocurrido ayer es, para una parte relevante de la CEG, el enésimo ejemplo de la imposibilidad de sacar adelante una presidencia unificadora entre las propias patronales provinciales y el conflicto con las organizaciones que representan las diferentes actividades económicas. "Es el nuevo presidente, pero no el presidente de consenso, eso que quede claro", apuntan fuentes de las sectoriales a este periódico. Van a pedir por escrito que se haga público el recuento total. E incluso algunas de ellas están dispuestas a reclamar la expulsión de Pedro Rey de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), epicentro de sus apoyos en la carrera electoral junto a los votos de sectoriales de peso. La impugnación se dirige "al escrutinio, no a la elección". Díaz Barreiros tenía asegurados, según las mismas fuentes, 100 votos de los 178 vocales, los correspondientes a las confederaciones de A Coruña, Lugo y Ourense, de la que fue vicepresidente.

Por si había pocas heridas en el seno de la organización, las diferentes reacciones a lo ocurrido ayer evidencian el nuevo parte de guerra. "Hemos sufrido una traición de Pedro Rey. Delegamos nuestros votos en él, dos de Cegasal, y nos ha fallado. No puedes hacer eso, es impresentable. Tendrá que dar muchas explicaciones", expresó José Antonio Vázquez, máximo responsable de la asociación gallega de centros especiales de empleo y exvicepresidente de la Confederación de Empresarios de a A Coruña, que no duda de "la legitimidad de un presidente salido de una asamblea". "Estoy -añade- indignado y traicionado". La Federación Gallega de Parques Empresariales, en cambio, cree que hay "una oportunidad para reconstruir el consenso, tan deseado por sectoriales y tan necesario en este momento".

Díaz Barreiros y Rey comparecieron juntos tras el giro en las elecciones. "Le he pedido que colabore con los órganos de gobierno, cerca del presidente. Que no sea un mero asociado, sino que tenga un papel destacado", desveló el nuevo líder de la CEG. El empresario vigués brinda "todo el apoyo al ganador" y suerte para "el reto". "En principio", dijo, no aceptará la oferta porque no quiere "absolutamente nada". A lo que Díaz Barreiros contestó: "Yo te convenceré".

El elegido para llevar las riendas de la dolorida patronal gallega da por hecho que la tensión interna "se va a relajar" cuando se sienten todos y empiecen a negociar una reforma de los estatutos que trate la representatividad de las sectoriales y "otros aspectos".