Pasar a ser propiedad de la compostelana Estructuras Lago o desaparecer. Son los dos futuros posibles para la histórica compañía coruñesa del sector de la metalurgia Elaborados Metálicos Emesa. Salvo una prórroga de última hora, el lunes acaba el plazo de un mes que marcó el propio comprador para formalizar la operación. El administrador concursal ya ha remitido al juez su informe positivo para la compraventa, que depende en última instancia de si la banca acreedora acepta la oferta económica: 2,68 millones de euros de los que 2,42 millones irían a enjugar una deuda bancaria que supera los siete millones.

Montajes y Estructuras Lago fue el único inversor que dio el paso de presentarse a la subasta convocada por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña con el objetivo de salvar la actividad industrial de Emesa y hacer viable una parte del empleo. Su oferta económica por la unidad productiva asciende a 2,68 millones de euros que según detalla su propuesta se destinaría en un “91,8% a los acreedores con privilegio especial y un 8,13% a la maquinaria”. De este modo, Abanca y otras ocho entidades bancarias entre las que destacan Santander, Sabadell o Bankia han de repartirse 2,42 millones de euros a cargo de la hipoteca los terrenos e instalaciones fabriles de Abanca en Coirós. En diciembre de 2018 Emesa firmó con Abanca una hipoteca con un principal de 1,97 millones de euros y realizó refinanciaciones con Santander y otros siete bancos para responder de un principal de 5,43 millones de euros. Suman casi 7,5 millones de euros.

El proceso concursal de Emesa afecta a nueve entidades bancarias

La oferta económica no cubre todas las deudas de esta empresa pero es la única posibilidad que se presenta a los acreedores para recuperar una parte del dinero. Según la información a la que ha tenido el comité de empresa, Abanca habría dado ya su conformidad a la operación, pendiente del ok de todos “los acreedores con privilegio especial con hipoteca inscrita”.

El pliego de condiciones de la puja estimaba en 13,5 millones de euros el valor de mercado de los activos de Emesa, si bien no marcaba ninguna cantidad mínima para poder presentar una oferta por la unidad productiva de la compañía que Grupo Soil Recovery llevó a concurso de acreedores aduciendo pérdidas de 18 millones de euros cuatro años después de haberla comprado a Isolux.

Una “oferta realizable”

El informe de valoración que el administrador concursal ha remitido al juez concluye que “los objetivos económicos marcados por Lago a medio plazo parecen realizables” y por tanto manifiesta su “conformidad a la adjudicación de la unidad productiva de Emesa al único oferente que ha formulado propuesta” en la subasta pública. Es una “oferta objetivamente realizable”, zanja el administrador concursal, el abogado coruñés Pedro Moreno, del despacho Vento.

Una vez obtenido el ok de los acreedores, Estructuras Lago deberá tramitar la financiación necesaria para cerrar la operación de compra y poner de nuevo en funcionamiento el próximo año esta industria con 62 años de historia. De ella han salido piezas para obras de arquitectos como Calatrava, Moneo o Norman Foster e infraestructuras como la planta de biomasa de Greenalia en Teixeiro, el puente de Rande, la refinería de A Coruña, la T4 de Barajas, la Torre Picasso de Madrid, el Hotel Ars de Barcelona, la Philarmonie de París o la zona cero de Nueva York,

El empleo: 18 subrogaciones y 57 despidos

La plantilla actual de Emesa está formada por 75 trabajadores que llevan once meses en suspensión temporal de Empleo (ERTE), desde que la planta de Coirós en la que trabajaban paralizó su actividad ahogada por las deudas de la empresa. La oferta de Estructuras Lago es una buena noticia para 18 de ellos, los que verán subrogados sus contratos si la operación cuaja. Los 57 restantes serán despedidos este mismo mes. El comité de empresa de Emesa concreta que el lunes, día 7, finaliza la prórroga de su ERTE y no habrá más ampliaciones para los operarios que no vayan a continuar. Los que se incorporen al nuevo proyecto sí dispondrá de dos meses más de suspensión de empleo, para luego hacer efectiva la subrogación. Para quienes queden fuera, Lago plantea una “bolsa de empleo preferente” vigente durante dos años aunque no concreta ningún mecanismo de control para hacerla efectiva. La representación sindical se reunió esta semana con el abogado de Estructuras Lago con intención de negociar una ampliación de empleo. “La oferta es cerrada, no dan opción”, indica Alberte Muíño, presidente del comité.

Un plan para ampliar la capacidad productiva

La oferta de Estructuras Lago para adquirir Emesa incluye una hoja de ruta que pasa por “ampliar la capacidad productiva” de la empresa resultante y abarcar todo el proceso industrial. “En la actualidad, la sociedad centra su actividad en segunda transformación y montaje de estructuras metálicas”, expone la firma gallega, que añade que una vez integre las instalaciones de Coirós podrían “desarrollar el proceso de fabricación completa, desde la compra de materias primas hasta el montaje y soldadura”. Lago identifica oportunidades de negocio en el sector de las energías renovables y tiene experiencia previa en la fábrica de Coirós, en la que ha trabajado previamente en proyectos en los que colaboró con Emesa. El plan de negocio entra en pocos detalles. Los trabajadores de Emesa, por su parte, echan en falta un plan industrial más perfilado que devuelva a la vida la instalación fabril cerrada el pasado febrero. Hasta el momento, Lago se centra en tres líneas de negocio: energías renovables (principalmente la construcción de piezas para parques eólicos), proyectos singulares (estructuras de acero para puentes, auditorios, estaciones de tren...) y obra civil (una rama cuya contratación ha caído). La compañía está en expansión. El año pasado facturó más de un millón y medio de euros, un 131% más que el anterior.