Galicia entró oficialmente en la senda de la descarbonización con el cierre de la central térmica de Meirama, tras 40 años de actividad.

La instalación de Naturgy en Cerceda y otras seis plantas de carbón españolas dejaron de producir electricidad a finales de junio por la entrada en vigor de la directiva 2010/75/UE, más restrictiva con las emisiones industriales. Tras el apagado de Meirama, As Pontes

—la mayor térmica de España—, es la única central gallega de carbón en activo. Endesa solicitó su cierre y prevé ejecutarlo en 2021, aunque las pruebas con biocombustibles dan esperanza a la plantilla de mantener parte del empleo.

En un contexto de apuesta por las energías verdes, la compañía coruñesa Greenalia puso en marcha en marzo su primera planta de biomasa en Teixeiro (Curtis) tras una inversión de 135 millones de euros. Con una potencia de 50 megavatios, es la segunda instalación de este tipo más grande de España. En noviembre, la firma con sede en María Pita fichó como directora de Desarrollo Corporativo a Beatriz Mato, exportavoz del PP en el Ayuntamiento de A Coruña y exconselleira de Medio Ambiente.

También en noviembre, el Gobierno aprobó el nuevo modelo de subastas renovables para abaratar la factura de la luz. El coste de las primas se traslada del recibo de la luz de los consumidores a las empresas que venden energía.